Sí, las Gemínidas es la lluvia de estrellas más espectacular y abundante del año. También la que tiene mayor actividad ¿Un asteroide que trae cola?
Pero, sobre todo, las Gemínidas se diferencian de las demás lluvias por su exclusivo progenitor: un asteroide. Se trata de 3200 Phaethon. El extraño cuerpo, descubierto hace tan sólo treinta y un años, es el candidato a padre mas probable de las fugaces. La “paternidad” se confirmó después del hallazgo del presunto asteroide. Ocurrió durante la búsqueda de objetos en movimiento que hacía IRAS (INFRARED ASTRONOMICAL SATELLITE). El resto de las lluvias de estrellas proceden de cometas. Aún hoy y, después de una observación reciente, en 2009, con las sondas STEREO– (Solar Terrestrial Relations Observatory), los astrónomos mantienen hipótesis diferentes ante el comportamiento de Phaethon. Puede que estemos ante un “cometa rocoso”. En este caso, habría desarrollado una cola cometaria compuesta por escombros que justificaría la caída de meteoros a la Tierra. Sin embargo, en su arriesgada aproximación al Sol, los observadores se dieron cuenta de que no arrojaba el polvo suficiente como para producir las Gemínidas. Mientras los investigadores intentan identificar el cuerpo del “delito”, aquí en la Tierra disfrutamos de un espectáculo celestial. No sabemos hasta cuando, ignoramos los años de vida que le quedan a Phaethon, tal vez un cometa con cola…
Para lugar oscuro y transparente, el Parque Nacional del Teide, en Canarias. El volcán parece construido y dispuesto para que los destellos fugaces puedan representar adecuada y oportunamente su obra. La ves en el cielo y te conmociona en la Tierra.
El próximo 14 de diciembre, la lluvia periódica, alcanzará el máximo. A las 12:00 UT, tenemos de cita con los puntuales meteoros. En Europa, la noche del 13 al 14 -especialmente la madrugada del 14- hay que reservarla para Phaethon, tan brillante como el hijo de Helios. La Luna, en cuarto menguante, saldrá sobre la medianoche. Si estamos en un lugar oscuro, el satélite no deslucirá el espectáculo.
Las llamadas ‘estrellas fugaces’ son en realidad pequeñas partículas de polvo de distintos tamaños, algunas menores que granos de arena, que van dejando los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. La corriente de partículas resultante (llamados meteoroides), debido al “deshielo” producido por el calor solar, se dispersa por la órbita del cometa y es atravesada cada año por La Tierra en su órbita alrededor del Sol. Durante este encuentro, las partículas de polvo se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos que reciben el nombre científico de meteoros. Esto es cierto para la mayoría de lluvias no así para las Gemínidas, pues no existe ningún cometa que coincida con la trayectoria de la nube de “escombros» (Miquel Serra Ricart, astrónomo IAC)