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En rtve los corruptos son gente correcta …

Vonnegut nos dejó abierta una pequeña salida de la jaula…

Por lo que se “ve”, sí. Todo el mundo, en la “Casa” habla de ellos con cierto respeto y cariño. No en vano, ésta debe de ser la quinta o sexta generación de ejecutivos que se han dejado sobornar o pervertir. La confirmación de semejante hipótesis viene dada por el trato que reciben en las asambleas de trabajadores de RTVE, en los pasillos o las máquinas de café. Es curioso, pero a los elementos nocivos, a aquellos que penetraron subrepticiamente en el territorio ocupado por los profesionales, se les quiere, de alguna manera. Se refieren a ellos como los corruptos que “se lo llevan”, manipulan, maltratan a la gente, desprecian y, sobre todo, no saben hacer su trabajo. Sin embargo, y ahí está el problema, nadie se lo cuenta a un juez. Yo creo que no lo hacen porque, después de tanto tiempo, se necesitan. Igual se podía pensar en un teléfono gratuito de asistencia a víctimas de maltrato laboral que, por supuesto, respetara el anonimato.
Hasta Alberto Oliart admitía ayer, en el Congreso de los Diputados, que algo hay. El Presidente, ya sin catarro, ¡menos mal!, informaba sobre lo que se encontró cuando llegó a RTVE, recién salido de una “gloriosa jubilación en la Ría de Noia” . Subrayó un hecho: el ambiente de desconfianza que se encontró en RTVE. Diferentes momentos de su comparecencia completan una cascada de despropósitos que deberían ruborizar a los allí presentes (diputados y senadores) y a los ausentes (sindicatos y trabajadores). En el bloque “producción interna” se le deslizaron observaciones muy graves sobre el pasado inmediato. Revisar los contratos, suponemos que blindados, con algunas productoras ajenas, para no incurrir en gastos –indemnizaciones- , permitir que los profesionales participen en los procesos de producción y creación –¡darles trabajo!- o transparencia en la gestión económica, son parte de su nueva política de mano tendida. Aunque, justo es reconocerle a Oliart que muestra cierta incomodidad a la hora de convivir con arribistas y traficantes de lo público, no podemos olvidar que sus antecesores en el cargo sentían fascinación por estos sujetos. Algunos se fueron sin rendir cuentas. Antes, desvalijaron la empresa: se llevaron sus bienes, que eran de todos, a otra parte. Volaron. El resto siguen agazapados en sus despachos. ¡Cuidado, Oliart!
Y mientras, los dos partidos con “opción de gobierno”, que dicen ellos, se enzarzan en discusiones baldías: los minutos de presencia en la “tele”. Así, el grito de guerra de los del PP, ahora, no es otro que el de: ¡Dimita, Señor Oliart!.
«Váyase cuanto antes, desde hoy, por nuestra parte, está revocado»- le piden los del PP.
Todo porque han comprobado que TVE no es plural. Es más, sospechan que Oliart está al servicio del PSOE… No le exigen cuentas ni resultados, estrategia de empresa, análisis de auditorías… Le recriminan un trato de favor a Bono, por ejemplo. Llegamos a escuchar que “Con Bono, un día nos levantamos y nos acostamos”. ¡Por favor!, Señora Riolobos Regadera.
Pienso que PP y PSOE son buenos alumnos de la llamada democracia marketing o democracia-more empresarial. Creen que dominar la televisión y las técnicas comerciales les garantiza el éxito. Otra cosa, bien diferente, es la cultura democrática.
Alberto Oliart, dijo que no, que no dimitía y defendió su independencia : «Ni soy del partido socialista ni sirvo al partido socialista ni tampoco al PP ni a ningún
partido»
Una carta tenía guardada el Presidente. Le proporcionaba la seguridad necesaria para continuar su mandato con estabilidad laboral, eso que se conoce como “paz social”. Conocía a los remitentes; no eran otros que los sindicatos mayoritarios, CC.OO y UGT. Todo hacía pensar que el resultado del referéndum –¿la casualidad? quiso que coincidiera, en fecha, con su comparecencia- le iba a ayudar a continuar su mandato sin los insoportables sobresaltos diarios a los que está siendo sometido desde el primer día. El resultado de esa consulta fue que NO. Los minoritarios, con una ajustada mayoría, han ganado.
Hemos comentado ya el documento que se sometía a consulta. Probablemente la falta de claridad, la desconfianza a la que aludía el propio Oliart de los trabajadores, la postura de fuerza de un sector de la Dirección – los corruptos correctos- y los intereses propios y ajenos han contribuido al fracaso.
Datos todavía provisionales, extraídos del análisis de 4000 horas de emisión de la 1, sitúan la producción interna en el 5,6% , excluidos los informativos. Hacer un elemental cálculo, dividir la plantilla de TVE entre ese porcentaje, produce pánico social y laboral. Sobre esta capital cuestión, la de fondo, nadie quiere pronunciarse. Tampoco sobre las prácticas contables en la Corporación. Una investigación, muy exhaustiva, por cierto, arroja datos escalofriantes. Sobre las tasas aplicadas para evitar que los trabajadores desarrollen su cometido-externalización- , los “apaños” presupuestarios o contratos indefinidos fraudulentos, pesan demasiadas dudas legales.
En NO en el referéndum estaba asociado a una nueva jornada de huelga, el próximo viernes. A alguien se le ocurrió la idea de cumplir con ese compromiso,
y hacer una huelga a la “japonesa”. Es la mejor propuesta que he escuchado en los últimos años. Trabajar en RTVE, producir, hacer valer los derechos profesionales frente a los intereses espurios de los “corruptos correctos” será tanto como ganar, honestamente, esta guerra.
La buena disposición de Oliart, el hombre que abandonó la maravillosa Ría de Noia por RTVE, la veremos muy pronto. Entre tanto, permítame que le recomiende que se aparte de los corruptos correctos. Contará con el apoyo de los profesionales de la radio y la tele públicas.
Una última consideración relacionada con los contenidos de la Corporación : Creo, como Kurt Vonnegut que “ las novelas que obvian la tecnología falsean tan gravemente la vida como lo hacían los victorianos al obviar el sexo”. Después de novelas, añada, si no le importa, televisiones. Ya hablamos otro día.

En el blog de José Mari Gorordo

Rendición de cuentas: condición necesaria, aunque no suficiente, para un adecuado control de las cuentas públicas
28 Abril, 2010 por josemarigorordo
El artículo 15 de la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, de 26 de agosto de 1789, ya estableció el Derecho de la sociedad a pedir cuentas de su gestión a todo agente público.
Pues bien, la rendición de cuentas de las Administraciones públicas debe basarse en unos sistemas de contabilidad pública de alta calidad, puestos al servicio de los ciudadanos.
La modernización de la contabilidad pública, como parte prioritaria de la modernización de la Administración pública, debe evolucionar, con urgencia, desde una contabilidad meramente presupuestaria (orientada al control de legalidad y a la rendición de cuentas), hacia el establecimiento de un sistema contable más informativo, comparable y útil para la toma de decisiones de los usuarios (electores-ciudadanos, políticos y gestores), esto es, un sistema de contabilidad más útil para la gestión, sujeto, asimismo, a los requerimientos de la construcción europea, la implantación de la moneda única y las necesidades internacionales.
Resulta cada vez más acuciante la necesidad de conocer el coste de los servicios públicos prestados.
Admitiendo la dificultad de implantar un sistema único de contabilidad interna o de gestión, por la composición del sector público basado en organizaciones complejas, en las que existen poderes y responsabilidades distintas, objetivos y fuentes de financiación diferentes, es evidente que la información suministrada por la contabilidad externa o financiera no cubre todas las necesidades informativas del sector público.
Aunque hayan existido algunas tentativas para la implantación de una contabilidad de costes sin demasiado éxito, los esfuerzos deben continuar en esta línea de trabajo, al objeto de clarificar el empleo de los recursos públicos, determinar el coste de prestación de los servicios, revelar las desviaciones en relación con la ejecución del presupuesto y posibilitar la presentación de datos de alta calidad ante los diversos destinatarios, principalmente los órganos de control externo de las Administraciones públicas y la ciudadanía en general.
El sector público, integrado por un conjunto de Administraciones, entidades y organismos, que si bien son heterogéneos, todos ellos dependen, en último término, de un órgano político que establece las directrices de su actuación y ante el que son responsables de la gestión efectuada.
De esta dependencia del poder político, se derivan, al menos tres notas características:
1.ª Sometimiento al régimen presupuestario, que es la manifestación de la voluntad política en materia económica del correspondiente órgano político.
2.ª La gestión de todo el conjunto del sector público se encuentra sometida a los controles de carácter contable, financiero, de eficacia y de legalidad, al objeto de verificar su adecuación a las disposiciones y directrices emanadas de los órganos políticos; y
3.ª Todos los entes del sector público sin excepción, deben rendir cuentas de su gestión a los correspondientes órganos fiscalizadores de cuentas y, en último término, al Tribunal de Cuentas.
La obligación de rendir cuentas está presente en las disposiciones normativas a lo largo de la historia de los tribunales de cuentas. La rendición de cuentas, consustancial al Estado de Derecho y al principio de legalidad y exigencia democrática para hacer real y efectiva la participación de todos los ciudadanos en la vida política y económica por medio del control democrático de la gestión pública, debe ser respetada y apoyada por todos los poderes públicos, obligados a promover las condiciones y remover los obstáculos que impidan o dificulten con plenitud el ejercicio de tal participación.
El Ordenamiento Jurídico establece la obligatoriedad del control económico y presupuestario, tanto del Estado como del conjunto del resto del sector público, autonómico y local, para que sus cuentas sean censuradas por el Tribunal de Cuentas y los órganos autonómicos de control externo.
Para que tal control pueda llevarse a cabo, esto es, para el adecuado ejercicio de la función fiscalizadora, es preciso que el conjunto del sector público, en su calidad de cuentadantes, rindan las cuentas a los diferentes órganos de fiscalización externa que tienen atribuida dicha función, para lo cual el legislador ha puesto en manos de los tribunales de cuentas diversos mecanismos para lograr el suministro de cuantos datos, estados, documentos, antecedentes o informes soliciten, lo que se inicia, en caso de no cumplirse, a partir del requerimiento conminatorio.
Si no fuere atendido, podrán aplicar diversas medidas, como la formación de oficio de la cuenta retrasada a costa del moroso, la imposición de multas coercitivas o la propuesta a quien corresponda para la suspensión, destitución, cese o separación del servicio del cuentadante. Además, en su caso, pasarán el tanto de culpa al Fiscal General del Estado por el delito de desobediencia.
A pesar de la obligatoriedad de rendir cuentas, aún existen numerosas Administraciones públicas que no rinden sus cuentas a los órganos encargados de hacerlo, esto es, a los tribunales de cuentas, estatal o autonómicos.
En algunas Comunidades Autónomas, a duras penas sobrepasan del 50 ó del 60%, los ayuntamientos que rinden cuentas, debidamente, a los órganos de fiscalización externa, sea al Tribunal de Cuentas o al correspondiente órgano autonómico. O lo que es lo mismo, aún existen numerosas Administraciones públicas que no rinden cuentas a nadie, grave incumplimiento que no debería pasarse por alto desde los poderes públicos.
En el núm. 33 de la Revista Española de Control Externo (vol. XI, septiembre, 2009), Manuel Aznar López publica una crítica de mi libro, “El control de las cuentas públicas“, en el que puede verse un amplio estudio en relación con la rendición de cuentas y los problemas derivados de su incumplimiento.

Periodista Trabajos Divulgación Científica: "2.mil" (TVE), "Tiempo del Sistema Solar" (TVE), "Nos vemos en Marte" , "Magistrales"

7 thoughts on “En rtve los corruptos son gente correcta …

  1. Señorita , los enlaces a Kurt Vonnegut no funcionan. Excelente cita.
    Me inspira más el Sol que los agazapados.Déles sólo el poco espacio que se merecen.
    Saludos

  2. Hola, Isabel:
    Fenomenal. Nada más empezar me encuentro con mi admirado Kurt, ya desde la infancia de mis mataderos5 y madresnoches, payasadas, galápagos y pianolas. Esa mezcla de ciencia y desparrame administraivo, de protones y sinvergüenzas, de spines y tiburones…, me parece sanamente compleja y liberal.
    Un abrazo,
    Joaquín

  3. Gracias por sus artículos Sra. Paz, me encanta leerlos. Le estoy doblemente agradecida como trabajadora de RTVE por darnos el espacio y tiempo que creo merecemos, como trabajadores que defendemos una televisión pública transparente y de calidad. No sé si nos dejaran lograrlo pero, al lo menos se va a intentar. Muchas gracias por sus consejos y sus recomendaciones. SE AGRADECEN EN LOS TIEMPOS QUE CORREN. Hay tanto agazapado!. Ah los enlaces a Kurt Vonnegut funcionan perfectamente.

  4. Manifiesto Trabajadores de RTVE
    ¡Muy interesante! De aquí, a los Tribunales, no queda otra.
    ¡Gracias por tú análisis!
    Ante los hechos que vienen produciéndose en la actual Corporación RTVE en los últimos años y ante la indiferencia y la connivencia mostrada por la Dirección, Consejo de Administración y sus distintas Presidencias, los trabajadores de RTVE queremos denunciar ante la opinión publica lo que con el dinero de sus impuestos se viene realizando y permitiendo.

    Desde hace 6 años y de manera progresiva, el trabajo que antes realizaban los trabajadores de RTVE, se ha ido cediendo a determinadas productoras que no solo ha empeorado notablemente la calidad de los programas que producen, sino que ha venido generando un doble gasto a los contribuyentes, por una parte el pago de esas producciones y por otra, la nómina de los trabajadores que antes realizaban esas labores y ahora están inactivos.

    Para dar legalidad a la entrada de estas productoras, próximas a los intereses del Gobierno y contando con la complicidad y el silencio de la oposición, se comenzó a aplicar en la producción de los programas un sistema de tasas que incluía desde los gastos generales hasta los sueldos de directivos, con la única intención de justificar que nuestro excesivo coste (hasta 697 euros por día y trabajador) obligaba a ahorrar costes cediédolo a terceras empresas.

    Mientras tanto una gran cantidad de directivos y ejecutivos externos han aumentado de forma enorme la nómina de RTVE. Cargos procedentes de la competencia y que en muchas ocasiones han abandonado RTVE con jugosas liquidaciones en un bolsillo y con profesionales y proyectos de nuestra empresa en el otro, para al día siguiente comenzar a trabajar en la competencia. la ocupación de colaboradores externos llega al 70% en determinados programas de RNE y TVE.

    Se produce además el hecho de que algunos profesionales han tenido que desplazarse a instalaciones de otras televisiones para realizar su trabajo, mientras que nuestros equipos son manejados por personal externo que ademas provocan un doble trabajo, al tener que ser rehechos, en una gran parte, por su mala calidad.

    Se va a cambiar la denominación de RTVE, pasando de ser poste productor y emisor a meramente difusor con la intención de dar argumentos para que se pueda prescindir de la producción y por lo tanto de gran parte del personal de RTVE.

    El verdadero objetivo que se persigue se va cumpliendo de forma escrupulosa. En primer lugar se da legalidad a que el trabajo lo realicen terceros, argumentando un ahorro de costes cuando en realidad duplica el gasto por el mismo trabajo, y obligando a su vez que una parte de los 300 millones de euros destinados a producción de programas salgan al exterior con el consiguiente beneficio para estas productoras. A continuación el estado diseña una ley que reparte los 500 millones de euros de la publicidad que emitía RTVE y por lo tanto aumenta de forma importante el beneficio de las televisiones privadas. Es razonable pensar que con los trabajadores de brazos cruzados, el paso siguiente es, como ha ocurrido en otras empresas del sector, dar salida a miles de trabajadores despidiendo o desplazándolos a otras empresas de esos mismos grupos de producción. De nuevo una parte importante del presupuesto, esta vez del capitulo de nóminas, se destinara a financiar a empresas afines al gobierno de turno. Y por último, permitir que la programación de calidad y entretenimiento actual se vaya convirtiendo en una sucesión de programas sin interés con la intención de que la actual audiencia se reduzca al mínimo con un único objetivo, el de que determinadas televisiones privadas aumenten el coste de cada espacio publicitario y por lo tanto sus beneficios. Un plan brillante de ingeniería quirúrgica económica.

    Asimismo se produce el hecho de que los trabajos contratados a terceros se otorgan sin sacar a concurso, es decir, dándole la publicidad a la que una empresa pública está obligada, y por lo tanto sin que exista concurso previo, presentación de ofertas, estudio y adjudicación de las distintas ofertas. Además no se controla ni si los trabajadores que realizan estos trabajos tienen la formación adecuada, están dados de alta en la seguridad social, si tienen contrato en esas empresas o si cumplen las mínimas medidas de seguridad en el trabajo. De hecho la precariedad y el abuso en los horarios en estas empresas está siendo investigado por distintas administraciones públicas. Tampoco se tiene en cuenta un principio mínimo en una empresa de referencia mundial televisiva como es RTVE, el de una calidad mínima, que se pone en entredicho de forma constante en cada una de esas producciones. El lema apuntado por parte de la Dirección hace unos años de…»la calidad ya no importa…lo importante ahora es el coste» se cumple a rajatabla hasta extremos patéticos.

    Pedimos a la opinión pública y a los partidos, en especial a los que con su silencio amparan estos comportamientos, que tomen las medidas oportunas para que el final de RTVE no sea su cierre, venta o subsistencia como mero canal residual en el que nadie se refleje. Los espectadores, con su fidelidad a nuestros distintos canales durante toda su historia, no merecen que los intereses particulares pongan en juego su entretenimiento y su derecho a estar informados.

    Firmado: TRABAJADORES DE RADIOTELEVISIÓN ESPAÑOLA

  5. Como economista y ciudadana, le agradezco sus aportaciones. Parece un claro caso de ocultación de datos de RTVE. El problema, no obstante, es que esta situación no puede generarse en unos meses. Me pregunto qué hace la plantilla de su empresa con sus trabajadores. Les recomiendo que llamen a la puerta del Tribunal de Cuentas y le exijan las pertinentes actuaciones. Si a este gobierno le parece- coincide con su tesis del marketing político, aunque tengo que discrepar con usted ya que tanto Berlusconi como Sarkosy,aún aplicando ese modelo, lo que Musso denomina «sarkoberlusconismo» consiguen mejor sus objetivos mediáticos- que ahorrar 16 millones de euros en la supresión de 32 altos cargos y 29 empresas merece el aplauso de los contribuyentes, imagínese usted cuál es el nivel y también analice el contenido de esta medida. Acabo de leer su entrada de Gorordo. No hace sino recordar lo que es, legal y moralmente, de obligado cumplimiento para la administración. Buena idea extrapolar esos principios a RTVE y otras empresas públicas. Fíjese en esos principios de claridad y compárelos con el ahorro-marketing-político de los 16 millones de euros.
    Muchas gracias

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