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El Sol en máximos. La «crisis» que no se inventaron los humanos…

Hace mas de dos años, publicamos en este blog varias entradas sobre la denominada «Tormenta Perfecta», un fenómeno físico, natural en el Sol. Las alertas activadas en varios países del mundo sobre la actividad de la estrella que nos da la vida, nos animan a volver a reflexionar sobre esta cuestión. Pensamos que ésta crisis, a diferencia de las demás, no se la inventan los humanos. Su papel, en este caso, es el de simples espectadores de algo que, tal vez, no puedan controlar. 2013 es un año señalado en el gigantesco horno termonuclear, un vecino del que somos cautivos. Las tormentas geomagnéticas podrían tener un gran impacto sobre nuestra sociedad, íntimamente relacionada con la tecnología.
En 2012 la pregunta es: ¿Estamos preparados? La crisis financiera, esta vez, nos puede dejar definitivamente «desorientados». No desarrollar políticas de prevención nos llevará a una posible ruina, a una crisis de la vida nunca antes conocida. 


Imagen: SDO(Solar Dynamics Observatory) NASA
Primer plano de una región activa. Sorprende la rapidez con la que enormes espirales de bucles pueden sobresalir del Sol. La imagen, tomada en luz ultravioleta extrema, ofrece una visión clara del perfil de partículas magnéticas que giran a lo largo de los arcos que cruzan las líneas del campo magnético (tomados en la longitud de onda de 171 AIA pero el rojo coloreado) de 14 de agosto a las 20:48 UT a 19 : 00 UT el 15 de agosto.

Por ANTONIO LAZCANO ARAUJO
(22/04/2010)

Imagen: SOHO. Eyecciones de masa coronal (CMEs), agosto 2012

Hace unos cinco mil millones de años, como resultado de la condensación de una nube de material interestelar rica en moléculas orgánicas, se formo un cuerpo central que comenzó a transformar el hidrógeno en helio y encenderse, primero lentamente, y luego emitiendo, con una enorme violencia, un flujo de partículas. Hay muchos detalles que ignoramos sobre las etapas tempranas de ese cuerpo primitivo, que eventualmente se convirtió en el Sol, ni tampoco entendemos del todo como se formaron los planetas. Lo que si sabemos es que lo que ahora llamamos la Tierra es un cuerpo sobre el cual chocaron números enormes de objetos similares a los cometas y meteoritos, enriqueciendo nuestro planeta con volátiles de los cuales se formaron los océanos y la atmósfera.

Hay muchas, demasiadas, incógnitas, pero muchos estamos convencidos que la evolución de la atmósfera y los océanos, de una corteza joven y activa, dio lugar a moléculas cada vez mas complejas y de su interacción surgió la vida. Los primeros organismos se habían formado de compuestos que se habían sintetizado gracias, en parte, a la energía solar, a las descargas eléctricas y a otras fuentes de energía, y no tardaron en aparecer microbios capaces de usar la luz solar. Los resultados fueron dramáticos: los microorganismos primitivos desarrollaron multitud de mecanismos para defenderse de los efectos dañinos de la radiación solar, como si fueran bañistas sometidos a la luz del verano, y al adaptarse comenzaron a cubrir la superficie de la tierra, el fondo de los océanos, las cumbres de las montañas y el fondo de las cavernas con capas de vida que depositaron minerales, cambiaron la acidez de los mares y liberaron gases que cambiaron para siempre la atmosfera terrestre. Nada podría hacer la vida en la Tierra sin el Sol –como bien dijo alguna vez el excéntrico pero inteligente astrónomo ingles Fred Hoyle, si hubiera que buscar alguna religión racional la adoración al sol seria la mas lógica. Muchos se refieren a nuestro planeta como la Madre Tierra, y el padre es el Sol.

Por LUIS MIGUEL ARIZA

(13/04/2010)

En 1859, el Sol emitió una llamarada solar tan gigantesca que no pasó inadvertida hasta el más común de los mortales aquí, en la propia Tierra. Los cables de los telégrafos de la época se electrificaron, y algunas de sus oficinas llegaron incluso a incendiarse. Las auroras boreales resultaron tan intensas, que los cronistas de la época aseguraron que la gente podía leer los periódicos en plena noche sólo con su luz. La tormenta se conoce como “El Acontecimiento Carrington”, en honor del astrónomo Richard Carrington, que fue testigo ocular de lo que sucedió. Resulta extraordinariamente curioso comprobar que un acontecimiento similar en nuestra sociedad, mucho más dependiente de la tecnología que hace 150 años,  tendría un efecto casi catastrófico. Un informe de la Academia Nacional de las Ciencias en Estados Unidos concluye que, de producirse hoy en día una tormenta solar de esta naturaleza, los daños causados en los sistemas de comunicaciones y en los satélites, entre otros, serían del orden de entre uno y dos BILLONES de dólares (en comparación, el desastre del huracán Katrina produjo daños estimados de unos 125.000 millones de dólares).

La “llamarada del siglo” surgió sin previo aviso. El Sol estaba en una “calma magnética” aparentemente absoluta, disfrutando de un ciclo calificado por los expertos como “de muy tranquilo”. Resulta enigmático comprender por qué el Sol tiene ciclos de once años. Para 2013, los expertos predicen un ciclo en el que se verán menos manchas solares de lo habitual, y en este nuevo estado, el Sol mostrará más o menos las mismas características del ciclo de 1859 (curiosamente el año de publicación de El origen de las Especies de Darwin)  durante el cual la “Tormenta Carrington” se desencadenó. Puede sonar paradójico asociar un estado de calma a un fenómeno tan violento. Pero la ciencia estudia este tipo de contradicciones. ¿Podemos estar en la antesala de una tormenta solar perfecta? ¿Debemos estar más tranquilos si el Sol entrara en un ciclo (como parece que va a ocurrir) con un número inusualmente bajo de manchas solares? ¿Qué significa en realidad el “Clima Solar” y cómo nos afecta? Si ocurre algo preocupante, ¿de qué armas disponemos para informar adecuadamente al público? ¿Cómo podemos escapar de la influencia de los charlatanes y los astrólogos si se produce una situación de esta naturaleza?

Como el Sol, hay multiples problemas que requieren un análisis serio, riguroso y ameno. Últimamente los medios recogen un sinfín de terremotos y desgracias humanas, unidas a las erupciones volcánicas. ¿Puede llegar la gente a pensar que algo extraño ocurre? No es la primera vez que alguien me pregunta si el fin del mundo esta cerca. Parece que es un temor que flota como el polvo del desierto en el aire: se respira continuamente, y es recurrente. La gente tiende a olvidar que somos cautivos del Sol. Sin la luz solar, no podríamos siquiera existir. La NASA ya ha puesto en el espacio el que será el mejor y más preciso vigilante del Sol. Y los científicos no descartan sorpresas “inesperadas”. ¿Que tipo de sorpresas?  Hablamos de preparar una sociedad para que admita de forma natural los cambiantes conocimientos que va produciendo la ciencia. Una sociedad del conocimiento. Como escritor, me gustan las historias que enganchan a la gente. Pero como periodista, lo esencial es proporcionar al ciudadano la mejor y más precisa información, huyendo de rumores y chismorreos. Y desde luego, a la vista de estas previsiones, me encantaría que alguien me explicara con claridad cómo podría ser el siguiente ciclo solar (el número 24 de las estadísticas) y que podemos esperar del Sol, la estrella que nos mantiene con vida. Sería sin duda un programa de televisión apasionante.

 

Imagen: NOAA 

MIQUEL SERRA está hoy en el Sur de Groenlandia, observando la actividad de las Auroras Borelaes, una consecuencia del incremento de presión sobre el campo magnético de la Tierra -la magnetosfera- que produce un aporte de energía y de partículas que penetran por la parte mas alta de la magnetosfera. Esto explica que sólo sean observables en altas latitudes magnéticas. Durante el evento Carrington las Auroras fueron visibles en Madrid o Sevilla…
En abril de 2010, MIQUEL SERRA, recordaba la primera expedición a Groenlandia.
Groenlandia 11 años después.
Los astrónomos no tenemos ninguna duda que los planetas pueden ayudarnos a entender la evolución de sus estrellas
madre. Así los ríos secos marcianos narran una posible etapa de gran actividad solar. En nuestro Planeta algunas respuestas están en los polos. Mirando los hielos polares seremos capaces de descubrir si nuestro Planeta se está
calentando (cosa que nadie duda) y a que ritmo. Durante el año 2000 y gracias al apoyo científico-técnico de 2.mil Shelios organizó una expedición a Nasarsuaq, un poblado al sur de Groenlandia rodeado por múltiples glaciares.
Después de 11 años, medio ciclo de actividad solar, es hora de volver. Será en agosto del año 2011. Volveremos a los mismos escenarios glaciares para comprobar, comparando con las imágenes del año 2000, la realidad y magnitud del calentamiento global.

Imagen: PROBA2
Por MIGUEL ANGEL SABADELL
VIDA Y MILAGROS DEL SOL (abril de 2010)
El Sistema Solar nació de una nube de gas y polvo hace 5.000 millones de años. Desde entonces el Sol y toda su cohorte de planetas giran alrededor de la Galaxia dando una vuelta completa cada 230 millones de años; la Tierra va a cumplir 22 años galácticos y nuestra historia documentada, que abarca 10.000 años, constituye tan sólo una diezmilésima parte de la trayectoria. Durante nuestro viaje alrededor del centro galáctico atravesamos regiones vacías y otras densamente pobladas, como los brazos espirales, con los que nos encontramos cada 60 millones de años. Durante todo ese tiempo nuestra estrella ha brillado de manera más o menos constante. Eso sí, cada 11 años sufre algo así como un sarpullido primaveral, llenándose de manchas, y cada año pierde una centésima de billonésima de su masa en forma de viento solar. No parece mucho, pero esa masa corresponde a más de 300 planetas como la Tierra.

El Sol no nació solo sino dentro de lo que los astrónomos llaman un cúmulo abierto, un grupo de estrellas nacidas de la misma nube de gas y polvo. En la actualidad la vida del Sol discurre apacible y tranquila. Y seguirá así al menos durante 5.000 millones de años más. Si reducimos su periodo de vida a una escala más humana, por ejemplo un siglo, nos encontramos con que el Sol pasó en su fase inicial de protoestrella tan sólo dos días. Su juventud y madurez discurrirán tranquilamente quemando hidrógeno unos 80 años. Después, en un par de semanas, se convertirá en gigante roja y después le quedarán ocho años de jubilación viviendo de sus ahorros energéticos, hasta que le alcance la muerte como una estrella negra y fría. Hoy el Sol se encuentra en la plenitud de su madurez: tiene 40 años.

Periodista Trabajos Divulgación Científica: "2.mil" (TVE), "Tiempo del Sistema Solar" (TVE), "Nos vemos en Marte" , "Magistrales"

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