Úriz no puede cantar en libertad…un sólo quiebro le ha costado un disgusto. A José Luis Úriz, militante del PSOE, mas de cuarenta años en política, lo acaban de marcar con hierro candente. Se trata de borrar su larga estela de servicio a los demás, de socialista. Le imponen una pena infame: la apertura de un expediente disciplinario. Puede costarle la expulsión del Partido Socialista Obrero Español. Úriz, cosas del destino, nació en el número 70 de la madrileña calle de Ferraz, actual núcleo duro de la organización política que le repudia.
El delito de este socialista fue dedicar a Arnaldo Otegui, entre otros, el chupinazo de las fiestas de Villaba. Úriz era, en su calidad de concejal de esa localidad navarra, el encargado de anunciar el comienzo de un tiempo de diversión y regocijo. Se le ocurrió, horas antes del chupinazo, hacer público un comunicado en el que recordaba, de forma muy especial y justificada, a cinco personas: Odón Elorza, «que va a conseguir que San Sebastián sea la capital europea de la cultura» al coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta, «que colabora en que algún día en Navarra sea posible un gobierno progresista», al secretario general del PSM, Tomás Gómez, «que ganará seguro las primarias de mañana en el PSM abriendo una ventana al aire fresco»; y a Montse Tura, «que al ser número dos de las listas del PSC a las elecciones de noviembre garantiza que el futuro de ese partido caminará por la senda de la izquierda catalanista» y a Arnaldo Otegui «que con su trabajo durante años conduce a Batasuna por la senda de la paz».
Ocurrió a principios de octubre de 2010, el día dos. Cuarenta y ocho horas después, el secretario de Organización del PSN, José Luis Izco, un señor irrespetuoso y descortés, se apresuró a comunicar la decisión de “su partido”: abrir un expediente de expulsión al concejal de Villava, José Luis Uriz. Repasar aquella rueda de prensa produce miedo. Dijo de Úriz que había “ llenado de vergüenza” al partido. No contento con semejante afirmación, aseguró que el concejal era “consciente del daño” que iba a hacer al dedicar el cohete a Otegui. No acaban aquí los despropósitos de el virrey de Navarra partidario de la Santa Inquisición del XXI. Izco dijo de Úriz que “el partido está cansado de él” y remató asegurando que Otegui «está en la cárcel como decisión de
un Gobierno socialista y la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El Gobierno socialista no ha respaldado las actuaciones del señor Otegi en ningún momento» .
No conocía, personalmente, a José Luis Úriz. Me encontré su caso investigando cómo los periodistas, en España, tratamos el asunto ETA. Confieso que, desde el primer momento, despertó mi curiosidad. Llevo días intentando que el PSOE responda a mis preguntas sobre el concejal de Villada. No obtengo respuesta. Igual no la hay. En Ferraz 70, tal vez, se identifican con Izco. ¿Será cierto que Otegui está en la cárcel por decisión del un Gobierno Socialista?
¿Cuándo llegará la Paz? ¿Cuántos puentes se romperán hasta que los caminos se unan? A Úriz le gusta la música, aunque no le dejen cantar en Ferraz 70, su casa…
Seguimos investigando.
Estimada Isabel,
tengo que decirte que tu estilo periodístico me engancha al artículo.
Sobre el artículo, la parte, a la que yo le atribuyo parte política, la de los puentes, es significativa y clave para la comprensión del caso de Úriz. También la relación con la libertad de expresión es apropiada. En Tribuna han sido estos los ejes que hemos defendido en su caso.
Pero no podemos quedarnos en una valoración liberal del asunto, que también. Siempre me ha sorprendido la forma de hablar de los socialistas vascos cuando hablaban sobre ETA, su enfoque, lo curtido de las relaciones. Son ellos quienes deben abordar la situación, no tengo duda alguna. Pero no podemos menos de manifestar la solidaridad no sólo en base a la libertad de expresión y solución del conflicto, sino una solidaridad con marcado caracter de clase. Pues mientras el terrorismo es empleado como ariete para el enfrentamiento entre pueblos, también entre miembros de la clase trabajadora española, entornados en un mismo proyectos político y económico, los trabajadores en todo el estado sufren la crisis económica y la política, la de representación de la mayoría, que hoy más que nunca esta hurtada por el Gobierno. Y el debate sobre la libertad política debe superarse de una vez, alcanzando la paz, para permitir que el interés de clase evolucione y se desarrolle.
Defender la paz en Euskadi es defender los intereses, sobre todo, de la clase obrera española. Esto es básico. No nos deben callar.
En primer lugar, quiero felicitarte por la lucha que has emprendido en defensa de José Luis Uriz. Lucha que dignifica el deteriorado mundo del periodismo. Pues parece que el compromiso y la búsqueda de la veracidad en la infomación ha quedado relegados frente al estrellato de los tertulianos «bien pagados».
En segundo lugar y en relación con lo anterior, hoy más que nunca resulta fundamental la defensa de la libertad de expresión y opinión.
José Luis es víctima de la mediocridad política de quienes incapaces de mantener un debate democrático, en el seno de una organizxación política de historia democrática, utilizan los Estatutos para solventar viejas rencillas.
El objetivo; apartar a los que tienen criterio propio, a los que nos les da miedo decir lo que piensan. Con ello pretenden eliminar, de las filas del PSN-PSOE, a un socialista. Porque les molestan los que no dicen si a todo. Es propio de los burócratas intentar hacer méritos ante el aparato. Actitudes ya vividas en la historia del movimiento obrero, todas ellas con nefastos resultados.
Dañan al Partido que dicen defender, pues no estamos sobrados de socialistas. Y dañan a la democracia, al atentar contra la libertad de expresión.
Yo me solidarizo con José Luis Úriz, pues como´él, pienso que el señor Otegi viene trabajando desde hace tiempo en la construcción de la paz en el País Vasco. Pensar y decir esto no significa que coincidamos con las posiciones políticas del Sr. Otegui.
Defendamos la libertad de expresión.
Ni pio.