Una dosis de radiación nuclear y el índice Nikkei…

Mensaje de socorro a James: “Defienda los intereses y la salud de Gaia. Hágalo pronto, que los humanos se vuelven a equivocar y se creen con derechos sobre el Planeta”
Se lo dirijo a James Lovelock, el sabio y original “doctor” planetario. Es el padre de Gaia, la teoría que concibe la Tierra como un ser vivo.
A Lovelock, algunos científicos, trataron de marginarlo. No pudieron. Le costó años y esfuerzo poner en pie una nueva manera de observar este mundo, de entenderlo como un todo viviente, autorregulador y autocambiante.
Os dejo una reflexión que presenta en el libro Las edades de Gaia, ahora que el planeta acaba de darnos una prueba de su buena salud que nosotros, los humanos, traducimos por desastre.
[…]. Por si todo esto no fuese suficiente, están los medios de comunicación para distraernos. En la industria nuclear tienen un culebrón permanente sin que les cueste ni un duro. Incluso se puede experimentar la excitación de un desastre verdadero, como el de Chernobyl, en el que, como en la ficción, sólo mueren unos pocos héroes.
Es verdad que se han hecho estimaciones de las muertes por cáncer que podrían producirse en toda Europa como consecuencia del suceso de Chernobyl, pero para ser coherente también hay que preguntarse acerca de las muertes por cáncer por respirar los smogs de humo de carbón de Londres y contemplar un trozo de carbón con el mismo terror que ahora se reserva para el uranio. Cuán diferente es el miedo a morir por accidentes nucleares en comparación con los lugares comunes del registro aburrido de muertes en las carreteras, fumar cigarrillos, o trabajos de minería- que tomados todos juntos son equivalentes a miles de sucesos como el de Chernobyl por día.
Fue Rachel Carson, con su libro oportuno y sugerente, Primavera silenciosa, quien empezó el movimiento ecologista y nos hizo conscientes del daño que podemos causar tan fácilmente al mundo que se encuentra a nuestro alrededor. Sin embargo, no creo que hubiera podido elaborar su denuncia contra el envenenamiento por pesticidas sin el descubrimiento anterior de que los pesticidas de uso agrícola estaban distribuidos de manera ubicua por toda la biosfera […] Los párrafos subsiguientes no pretenden ser una defensa de la energía nuclear, ni implican que soy un enamorado de ella. Mi preocupación consiste en que la discusión sobre este tema, tanto a favor como en contra, nos distrae del problema serio y real de vivir en armonía con nosotros mismos y el resto de la biosfera. Estoy lejos de ser un admirador incondicional de la energía nuclear. A menudo tengo la visión de pesadilla del invento de una fuente de energía basada en la fusión nuclear que fuera simple y ligera. Sería una caja pequeña, del tamaño de una guía de teléfonos con cuatro enchufes ordinarios empotrados en su superficie. La caja inspiraría aire y extraería oxígeno a partir de su humedad, el cual alimentaría una fuente de energía de fusión nuclear calibrada para proporcionar un máximo de 100 kilovatios. Sería barata, fiable, fabricada en Japón, y disponible en cualquier parte. Sería la fuente de energía perfecta, limpia y segura. Nunca se escaparía ningún residuo nuclear ni radiación y nunca podría fallar peligrosamente […] Así es como se podría vender el producto, pero la realidad ciertamente se vería ominosamente descrita por la famosa frase de Lord Acton: » El poder- la energía- tiende a corromper y el poder- la energía- absoluto corrompe absolutamente”…

Observaciones: Conocí a James Lovelock en el año 2000, en Valencia. Grabábamos el programa de divulgación científica 2.mil, para TVE. Recordaré, siempre, algo que nos contó plantándole cara al Mediterráneo:
”La Tierra tiene aún un largo camino por recorrer, pero yo la miro como si tuviera mi edad. Yo tengo ahora ochenta y un años y si miramos la edad de la Tierra, existe desde hace cuatro mil millones de años. La Tierra, por sí misma, es un poquito mayor, debido a que durante un periodo no hubo vida en ella. Así que Gaia es casi tan vieja como yo. Mire, estoy lleno de vida, así que espero que podría ser… pero finalizará y en términos de la Tierra no demasiado lejos.
Aborrecería estar en ese final. ¿A quién le gustaría ver la muerte de viejos amigos? Que pensamiento tan espantoso. No, no quiero estar allí”

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ante la tragedia
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EE.UU. 15 / Mar / 2011 1:00 pm No hay comentarios
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