Y cinco céntimos, para ser exactos. Un amigo, periodista de esos que le cuentan a la gente lo que pasa -no lo que conviene a “su amo”- recibe un SMS en su móvil. En ese preciso momento, me hablaba de sus nuevos proyectos, de cómo pensaba salir del siniestro aguajero negro que para él supone el paro. Una idea innovadora le permite sacudirse la depresión, pensar que puede terner sentido aquello de no hay mal que por bien no venga…La actividad que propone es de alto valor añadido. Continuaba dándome detalles, cuando su teléfono le dio un segundo toque. Lee, en voz alta, el mensaje en cuestión:
“Mediante el envio del presente SMS certificado, Santander le notifica fehacientemente que tiene un impago en su TARJETA MASTERCARD 00XX XXXX XX XXX XXXXXXX. Actualmente, usted adeuda, por capital e intereses, la cantidad de 10.05 euros, a la que habra que sumar las comisiones e intereses de demora que correspondan a la fecha en que regularice esta situacion. Si no recibimos noticias suyas en los proximos 3 dias, daremos traslado de su expediente a nuestros Servicios Juridicos. Por favor, contacte urgentemente con su sucursal o llamenos al numero 91-……… (SMS CERTIFICADO)”
Os propongo que volvaís a leerlo. Nos preguntamos cómo se podía escribir tan mal, cómo consigue un banco ser tan torpe, desagradable, indigno e indecoroso…
Mi amigo, mañana lunes, cerrará su cuenta. El próximo mes, los ingresos de su esfuerzo, los guardará en un calcetín. No necesita botas ni «botines. Por cierto, en sentido figurado, botín es el beneficio que se obtiene de un robo, atraco o estafa (RAE)
Para una tarde de domingo:
[…] Se embisten brutalmente,pelean por el botín.
Los demás, para ellos, son tipos avariciosos
y a sí mismos se consideran buena gente.
Sin cesar los vemos enfurecerse
y combatirse entre sí. Tan sólo
cuando ya no queremos seguir alimentándolos
se ponen de pronto de acuerdo.
Ya no sigue la rueda girando,
y se acaba la farsa divertida
cuando el agua, por fin, libre su fuerza,
se entrega a trabajar para ella sola.
Canción de la rueda hidraúlica…En tiempos en los que los excesos de los mercados resucitan algunas ideas un tanto olvidadas…
