AURORAS Y TRENES DE VIENTO SOLAR

Había calma en el Sol. Las auroras no parecían dispuestas a danzar. Esa noche, trenes de viento las empujaron al escenario.

Juan Carlos Casado conoce como pocos humanos las ventanas desde las que el cielo se deja observar. Su intuición es infinita. La búsqueda impenitente de armonía y apariencia agradable, a la hora de retratar la relación íntima que la Tierra mantiene con el Universo, lo hace grande y único. Es uno de los mejores astrofotógrafos del planeta.

Las imágen del doble arco de Juan Carlos siguen, veinticuatro horas después, en portada de SpaceWeather. La publicación señala, como responsable de las auroras intermitentes en el círculo polar ártico, una corriente de viento solar que golpeó el campo magnético terrestre. Una de las fortalezas, sin duda, del equipo SHELIOS – Sky-live.tv, es el número de expertos que ha conseguido aglutinar bajo la apasionante idea de transferir Conocimiento. 

Miguel Herráiz Sarachaga, catedrático y director del Departamento de Física de la Tierra de la Universidad Complutense de Madrid, nos ayuda a comprender lo que Casado acaba de ver y fotografiar.

Veamos la situación del 29 de marzo de 2016, con la ayuda del Servivio Nacional de Meteorología Espacial:

 Dos regiones activas (ARs). Los niveles de energía de las fulguraciones permanecen bajos.

Observamos dos pequeños agujeros coronales casi ecuatoriales. El gran agujero coronal del norte ya está desapareciendo en el limbo Oeste.

Hay grandes filamentos que cruzan el disco solar.

El día 26 a las 13:30 UT, hubo una eyección débil en el limbo NE con una velocidad en el plano del cielo (POS) 400 km/s, emitida desde la AR emergente en el limbo E.

El día 28 a las 07:20 UT, se registró una pequeña fulguración en una región del hemisferio sur. A las 16:36 UT, hubo una CME en el limbo NE, con origen una protuberancia en el limbo extremo y una velocidad de 360 km/s.

La velocidad del viento solar es superior a 500 km/s y la intensidad del campo magnético interplanetario del orden de 5 nT,  el satélite ACE se encuentra inmerso en una corriente rápida procedente del agujero coronal del norte.

Tanto el índice geomagnético LDiñ, como su derivada muestran valores correspondientes al tiempo en calma. No se esperan perturbaciones geomagnéticas relevantes en el entorno terrestre.

De acuerdo con SpaceWeather, en los últimos días, las regiones activas del Sol han sido pocas y no importantes. Repasando la última semana, no parece que haya habido fenómenos  solares particularmente geoefectivos. Esto hace pensar que la perturbación magnética que ha generado las auroras no ha sido originada por una eyección de masa coronal vinculada a una región activa (mancha) ni, probablemente, por la ruptura de filamentos. Como desde hace una semana hay varios agujeros coronales importantes puede ser que ellos sean los responsables. En cualquier caso la situación de la actividad solar en los últimos 3-4 días hace pensar que puede haberse producido una acumulación de trenes de viento solar originada por el alcance de algún frente de plasma más lento por otros emitidos más tarde pero más energéticos. Este fenómeno explicaría que se haya producido una fuerte perturbación en la Tierra sin haber tenido lugar un fenómeno solar particularmente energético.

Juan Carlos Casado, la noche del 29 de marzo, volvió a encontrarse con las auroras boreales. Un pico de actividad fuerte dejó un intenso y dinámico arco sobre su cabeza. Cuando se recuperó la «calma», decidió no irse a dormir. Ya entrada la madrugada -la de hoy- un episodio de auroras pulsantes volvió a encender el cielo. 

Juan Carlos Casado volverá, esta noche, a viajar por el cielo. Tal vez mañana, entre las imágenes celestiales, tengamos una estrella fugaz, una bola de fuego…

Gracias, amigos lectores por vuestro interés.