El observador que no miró para “otro” lado…
Mañana amable de enero, domingo, en Madrid. Sabes que el aire de está ciudad está sucio porque has visto “la boina” desde lejos. Aún así, al Museo del Prado le sienta bien El Hermitage. El Tañedor de laúd de Caravaggio, en mitad de una plaza, resulta espléndido, el mejor mueble urbano imaginable.