Un “botín” de 10 euros…
Y cinco céntimos, para ser exactos. Un amigo, periodista de esos que le cuentan a la gente lo que pasa -no lo que conviene a “su amo”- recibe un SMS en su móvil. En ese preciso momento, me hablaba de sus nuevos proyectos, de cómo pensaba salir del siniestro aguajero negro que para él supone…