rtve : Mariano Rajoy “esganouse” con la crisis…

A los barones el almuerzo les sentó bien. Quizá, por aquello de San Isidro , se tomaron un cocido . Es verdad que el sábado apetecían garbanzos, la temperatura moderada de Madrid ayudaba . El problema debió estar en la sopa: ¿le habrán puesto pasta de números? Esto explicaría el “atragantamiento” de Rajoy en mitad de la digestión. Si te tomas un buen plato de sopa con números, sin darte cuenta, ingieres el Presupuesto General del Estado y, eso, es de difícil absorción. El de 2010, más. En lugar de nutrientes y minerales acabas obteniendo déficit, congelación de pensiones, deuda, ZP… No sabemos si fue así, pero algo parecido, seguro.
Después, los barones, se mostraban exultantes aunque, si entramos en detalles, con sonrisas un poco fingidas (véase en foto a Arenas y Mato)
Pero a Mariano le faltaba plétora, sangre en el cuerpo. Se puso a hacer números y no acertó. Anduvo vagando de la cooperación al desarrollo (470 millones de euros ) a las “enmiendas de campanario, producto del cambalache”- en alusión a la negociación Gobierno con los socios nacionalistas- (700 millones de euros). Hizo una parada en “los 292 millones en subvenciones a empresarios, sindicatos y partidos”. Todo para cuadrar los 1500 millones de euros que, dice, ¿estima?, supondrá la congelación de pensiones. Se detuvo, también, en las televisiones públicas, en TVE, la primera. No olvidó el Pacto de Toledo, muy en abstracto.
¡TVE, Rajoy, TVE!…
Hagamos números, de verdad ¿Qué cree que pasó con la deuda? Hace unos días, cuando hablábamos del crédito a Grecia , llegamos a la conclusión de que la deuda -pagada por el Estado- de RTVE ascendió a 7800 millones de euros. A los contribuyentes se les hurtó el debate, los datos, los números rojos. El PSOE y el PP, sí, el PP llegaron, sin ruborizarse, a un acuerdo: borrón y cuenta nueva. Me va a permitir que le recomiende un trabajo de investigación : “El Informe del Comité de Sabios: bases para una televisión de calidad”, de María Soler Campillo. Luego, si le apetece, pásese por la Ciudad de la Imagen, de Madrid, y reflexione. Tal vez encuentre alguna pista sobre dónde fueron a parar los euros que pagamos todos.
Decir ahora, después de un almuerzo de barones, lo del ahorro en TVE, es, cuando menos, una improvisación coherente con la “obscenidad democrática” en la que usted se ha instalado.
Si la televisión pública en España sólo sirve para “idiotizar” a los telespectadores, mejor clausurarla, porque no es sostenible en el corto plazo económico o social: no dará resultados.
Si la televisión pública en España interesa a los grandes partidos como juguete de lucimiento personal, contendor de mensajes basura, ciérrenla. El último barómetro del CIS- realizado entre el 6 y el 14 de abril- confirma que no les conviene exponer sus miserias: la clase política ya es el tercer problema de los españoles.
Si la televisión pública en España va a seguir “manteniendo” a determinadas productoras privadas – ahora Mediapro, Globomedia…- busquemos un buen pestillo para impedir que vuelva a abrirse.
El PP se ha callado en los últimos tiempos. Su silencio- vía Consejo de Administración- debe ser interpretado como gesto de complicidad. Las auditorías recogen recomendaciones sobre las que todos han hecho la “vista gorda”. La investigación de “Pelotas” , por ejemplo ¿no le dice nada?. Pronto se lo diremos nosotros.
RTVE viene, reiteradamente, incumpliendo el mandato constitucional que tiene encomendado. El Artículo 44 de la Constitución contiene:(i) el derecho a la cultura, y (ii) las obligaciones para los poderes públicos de a) promover y tutelar el acceso a la cultura y b) promover la ciencia y la investigación. Señala Pedro Peña:
“En este artículo hay, pues, algo más que el reconocimiento del principio de libertad cultural, ya que conlleva la exigencia de una actividad pública en orden al desarrollo cultural y científico y a la promoción de la investigación. El derecho a la cultura pertenece, como ha señalado reiteradamente la doctrina, al género de los derechos de prestación. Los poderes públicos han de poner al alcance de todos la cultura, que no es, desde luego, un producto o una creación de la política, sino un fenómeno natural de la comunidad, con todas las precisiones, matizaciones y variaciones que se quieran dar, y que aquí, lógicamente, no pueden ser consideradas”
Invertir hoy en Conocimiento es fundamental. Decíamos hace unos días que la SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO, marcada definitivamente por la era digital, debe estar al servicio de la sociedad y de la única especie que se reconoce “inteligente”.
El sector público tiene que dar respuesta y satisfacción a las necesidades sociales: la visibilidad de la ciencia es una prioridad, un impulso irresistible. Los limitados recursos públicos imponen una rigurosa gestión. En ciencia, Mariano Rajoy, se invierte, no se gasta.
Europa necesita atraer y generar entre 600.000 y 700.000 nuevos investigadores para cubrir sus necesidades. La crisis de vocaciones científicas, asociada a diferentes factores según el país analizado, pero común a los Estados miembros, debe invertir la tendencia en muy poco espacio de tiempo: No necesitamos ¡Pelotas!
Tampoco queremos ser rehenes de una clase política que vive en el siglo pasado, cuenta con los dedos de la mano y, seguramente se atraganta con la sopa…