En un entorno mediático convulso, el futuro de la radio televisión pública es incierto. Aunque nuestra RTVE presenta características particulares, comparte con su entorno europeo otras generales que nos afectan a todos. En naciones con un fuerte arraigo y proyección social del servicio público de televisión (TVP), la crisis económica y los intereses comerciales y mercantiles de los operadores privados, se presentan como “enemigos” poderosos.
La presión se ha intensificado en los dos últimos años. Desde posiciones conservadoras se señala a la TVP como una de las fuentes de despilfarro económico. La reducción del déficit público nos sitúa en el punto de mira.
Nuestra pregunta: ¿Es estable la actual financiación de RTVE?
Una financiación suficiente e independiente del ciclo político
Punto de vista de Santos Miguel Ruesga. Catedrático de Economía Aplicada y Consejero CRTVE
Los servicios públicos son bienes socialmente deseables, lo cual justifica tanto su existencia como su gratuidad para los ciudadanos que los reciben. Pero producirlos tiene un coste. Aún más, como regla general, la cuantía del gasto suele estar en relación directa con la calidad del servicio y del empleo que para ello se utiliza.
El servicio público audiovisual no es distinto a otros, con el componente añadido de que, en un entorno competitivo, si quiere ser verdaderamente público debe aspirar a llegar a una audiencia mayoritaria. La disyuntiva de financiación, por tanto, es doble: de cuantía y de formas.
El servicio público audiovisual solo puede ser tal si cuenta con un respaldo financiero suficiente y que le permita mantenerse como un organismo independiente de los avatares de la vida política. Y las alternativas para su financiación se reducen a dos, que en casi todos los países desarrollados incluyen una combinación de ambas: la venta de servicios a terceros, incluida la publicidad, o la financiación pública, en forma de transferencia directa o por la asignación de recursos con un sistema específico de recaudación. La primera está sometida a los vaivenes del ciclo económico. La segunda, sin la existencia de mecanismos inquebrantables de garantía y continuidad en el tiempo, depende de las preferencias y gustos del ciclo político.
Nuestra segunda pregunta: ¿Por qué interesa una producción interna propia?
Punto de vista de Ubaldo Cuesta. Catedrático de Comunicación Audiovisual y Publicidad
Tal vez es el momento de apartarnos de las tentaciones sensacionalistas que, entendemos, solo promocionan el empobrecimiento de contenidos. Nuestra razón de ser es el servicio público