El gobierno de Marruecos siembra con minas anti-realidad su territorio. Su afán expansivo le lleva mas allá, en este caso, mas acá.
En Madrid, días antes de la operación Agdaym Izik, el Ministro de Asuntos Exteriores, Taieb Fassi-Fihri, intentaba dinamitar los pilares de la profesión periodística. Sin temblarle la voz, habló de los “excesos” de la prensa española cuyos “especialistas” “confunden sus deseos con la realidad”. Fassi-Fihri venía a preparar el terreno, no a saludar y conocer a su nueva colega española, Trinidad Jiménez. Ella, sonriente, se limitó a decir que no compartía, pero sí respetaba las restricciones impuestas por Marruecos a la prensa. Jiménez empezaba mal, cometía el primer gran error como titular de la Diplomacia Española. Ahora tiene que seguir respetando un presunto genocidio tramado a oscuras, sin luz, sin periodistas. Tiene que seguir respetando a los que, cuando menos, nos han robado la libertad de expresión.
Pero la realidad, aún enterrada en las cavidades subterráneas del desierto, siempre busca la luz. Los hechos, sin periodistas como testigos, siguen siendo hechos que los periodistas van a contar. Àngels Barceló pedía unidad a los profesionales, sin diferenciación de medios, frente a los enemigos de la verdad, frente a aquellos que identifican a un periodista con un terrorista.
La crisis del Sahara es una buena oportunidad para replantearse la profesión, tal vez, para impedir que el descrédito social acabe con ella. José Augusto Ventín, citando a Marmontel: “en el trato de la vida la verdad es como una moneda que a nadie le es permitido alterar. La naturaleza ha querido que la palabra sea la imagen del pensamiento, y en el orden social se une con ella la idea de la sinceridad. El que imprime el símbolo de la verdad a la mentira es un falsificador que abusa de la fe pública, y bajo este concepto general el embustero es un hombre infame”. En este sentido hay que agradecer los “excesos” a los políticos que se precaven de los periodistas. Conocemos, muy bien, a dos: Trinidad Jiménez y Taieb Fassi-Fihri.
NOTA. Actualizado sábado 20/11/2010
Efe | Lisboa
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El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, reclamó hoy a la comunidad internacional y a Naciones Unidas apoyar e incentivar el diálogo entre Marruecos y el Frente Polisario para lograr una solución definitiva para el Sáhara Occidental a pesar de las evidentes complicaciones.
«¿Es difícil? Dificilísimo, pero ha habido conflictos en las ultimas décadas tan difíciles o más que han visto una vía de solución», subrayó en una rueda de prensa en Lisboa tras concluir la cumbre de la OTAN, cita que aprovechó su ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, para pedir a Estados Unidos y el Reino Unido que respalden de forma explícita las negociaciones entre Rabat y el Polisario.
Zapatero hizo hincapié en que el Gobierno de España va a contribuir a ese diálogo político en torno al futuro del Sáhara Occidental y aseguró que actuará desde la «responsabilidad, la prudencia y la moderación». En su opinión, un Gobierno tiene que tratar de ser «útil» y si quiere intentar solucionar un problema entre dos partes tiene que tener capacidad de interlocución con ambas.
«Es la posición que mantiene el Gobierno de España, es la posición acertada y responsable, la que mantienen todos los grandes países, las grandes democracias y Naciones Unidas», recalcó.
A su juicio, el intenso debate y la polémica surgida tras el desmantelamiento del campamento saharaui instalado en las cercanías de El Aaiún han impedido ver «lo que es realmente trascendente»: que «el Sáhara necesita un acuerdo político permanente». Un acuerdo que necesita Marruecos, el pueblo saharaui y la comunidad internacional, añadió, para recordar que se trabaja sin éxito por ese objetivo desde hace treinta años.
En su opinión, lo que en este momento tienen que hacer los países que se sienten cerca del Sáhara Occidental y mantienen vías de diálogo y entendimiento con Marruecos es «apoyar, incentivar y estimular a las partes para que dialoguen más a fondo que nunca», bajo el liderazgo de la ONU.
«Que toda la comunidad internacional vuelque los esfuerzos de apoyo en torno a ese diálogo que debe liderar Naciones Unidas», insistió.
Trinidad Jiménez propuso a la secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, y a su homólogo del Reino Unido, William Hague, elevar el nivel político del Grupo de Amigos del Sáhara para «acompañar» las negociaciones entre Marruecos y el Frente Polisario.
Zapatero consideró que es secundario que ese Grupo -del que forman parte España, EEUU, Rusia, el Reino Unido y Francia- se reúna a nivel ministerial, porque lo fundamental es que los Gobiernos estén «comprometidos» y que las partes tengan una buena disposición al diálogo.
En su opinión, si la apuesta española por el diálogo directo entre Marruecos y el Polisario es compartida por las potencias de este Grupo se incentivarán las conversaciones.
Nota. Actualizado domingo 19/12/2010
Declaraciones a DEIA del primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD)
