Es un vehículo arrastrado por una cometa, capaz de deslizarse por el hielo, transportar técnicos, investigadores, un laboratorio , materiales de prospección… El TRINEO DE VIENTO es un proyecto de Ramón Larramendi. Ahora, mas que nunca, necesitamos ideas que permitan devolver el vuelo a la Investigación.
Larramendi es un tipo identificado con los polos. Cuando lo ves actuar en su medio – el mundo helado- sabes que está mas para allá que para aquí. Muy joven, decidió instalarse en Groenlandia, vivir como uno de sus pobladores y aprender su lengua. Ahora, es capaz de vérselas en mitad de la nada, resolver cualquier problema sabiendo que nadie le echará una mano. Esa es la filosofía inuit o esquimal, la del cazador de focas que sale solo en busca de su presa, en un mundo hostil y frío que no perdona un error. Ramón , en 199o, estaba preparado para recorrer 14.000 kilómetros (Groenlandia-Alaska) con la ayuda de un trineo de perros, un kayak y la marcha a pie. De aquella, lo que comenzó como un reto, la aventura de un «loco» explorador, acabó con resultados sorprendentes: técnicos, antropológicos, arqueológicos y climáticos.
La sonrisa tranquila de un inuit, vecino de Narsarsuaq. En esta localidad tiene su casa Larramendi. Aquí está el centro de operaciones de Tierras Polares, la empresa de turismo de Ramón. Juan Carlos Casado
Os dejo un enlace que recoge las siguientes «aventuras» de Larramendi en el mundo helado (1999- 2006) El uso del Catamarán Polar, arrastrado por cometas le permitió alcanzar el Polo Sur de Inaccesibilidad. Fue la primera vez que los humanos pisábamos la zona mas distante de cualquier costa, en el Antártico . Como si de astronautas en viaje a la Luna se tratara, volvieron con muestras del lugar. La expedición de 2006 se llamó Transantártica Española. El apoyo económico de una empresa, Acciona, y el decidido patrocinio y colaboración de TVE – Sebastián Álvaro, Al Filo de lo Imposible- hicieron viable el gran viaje.En la nota de prensa de TVE, podemos leer:
«En esta expedición trasantártica española, que ha sido patrocinada por TVE, también se han llevado a cabo dos proyectos de investigación científica: uno en colaboración con el Instituto Glaciológico de Grenoble, en Francia, y otro con la Universidad de Ohio, Estados Unidos»
A Sebastián Álvaro le costó convencer a los directivos de TVE: lo consiguió. Imagen: archivo TVE
Con el Catamarán Polar, Larramendi sintió «mariposas» en su cerebro. Los insectos voladores son, en su caso, polares. El proyecto «Mariposa Antártida» propone el primer vehículo de transporte terrestre pensando para avituallar bases científicas y viajar por el interior del sexto continente emitiendo cero emisiones.
Ramón Larramendi y Juan Manuel Viu, presentaron recientemente, en Madrid, su Trineo de Viento (Inuit Windsled). Viu, geólogo, piloto y responsable de la base Juan Carlos I, en Antártida, durante la campaña 2008-2009, subraya las posibilidades que abre a la investigación el nuevo vehículo, sin olvidar su carácter limpio y respetuoso con el medio. Larramendi, Viu y su equipo buscan patrocinio para que vuele la cometa. La oportunidad de hacerse un hueco en el lugar del planeta destinado a la Investigación y a la protección del futuro, quitarse la miopía que pretende nublar la mirada de la Ciencia, emplear el sentido común y no el impulso ideológico -que dice Freeman Dyson al referirse a la locura británica por los dirigibles- son algunas de las ventajas de embarcarse en el Trineo de Viento. El próximo verano, Larramendi y Viu circunnavegarán, por vez primera, Groenlandia. 5000 kilómetros para poner a prueba el vehículo. Esta ronda la paga Tierras Polares, es decir, Ramón Larramendi. Si todo sale bien, en el próximo verano austral, se irán a la Antártida, 7000 kilómetros de recorrido.
Las «olas» heladas de Groenlandia. Juan Carlos Casado
El presupuesto de la expedición antártida supone, mas o menos, tres programas de un formato de producción ajena en TVE, formatos de baja audiencia que pagamos todos. Desde este espacio me dirijo al Presidente de CRTVE para recomendarle el patrocinio de un proyecto que tiene tanto de aventura -entretenimiento- como de investigación -aprendizaje- y difusión del conocimiento – transferencia a la sociedad-. Las parrillas de los diferentes canales de TVE están plagadas de idioteces millonarias.
Por cierto, ya quisieran los científicos españoles disfrutar de presupuestos y difusión parecidos a Master Chef, por ejemplo. Tal vez las empresas privadas que hacen caja e imponen su criterio a los profesionales de la televisión pública solo saben «cocinar» sus beneficios.
Ramón Larramendi, en Groenlandia, su casa. Rosa María Tristán