Hay medios de comunicación en España que “bombardean” La Paz…

Ilustración: Puchi Incera, «Eres y te buscas»

Esa Paz está hoy en Bolivia, como ayer lo estuvo en casa y, mañana, en una futura catástrofe. Del “bombardeo” tampoco se escapan las desgracias pasadas, el 11M sin ir mas lejos…
Algunos medios de comunicación en España rebasan, cada día con mas frecuencia y falta de respeto, los límites fijados y previstos por la Ética de la profesión periodística.
Con una libertad de información ampliamente protegida en nuestro ordenamiento jurídico, el principio de favor libertatis es el paraguas que nos protege ampliamente de la presión, de los interés de unos y de otros, a la hora de ejercer una profesión que está obligada a vigilar, muy de cerca, al Poder. Sin embargo, las exigencias deontológicas, en teoría y a cambio, han de ser muy estrictas para que no se desnaturalice el compromiso, la función que el periodismo tiene en una sociedad libre y democrática. ¿Dónde está aquí el control interno dentro de los medios de comunicación?, ¿qué entendemos por autorregulación?, ¿quién protege al ciudadano cuando no elaboramos informaciones veraces, rigurosas, contrastadas y contextualizadas, y simplemente rellenamos espacios vacíos en los medios de comunicación? ( primera razón, APM, para concentrarse el pasado 3 de mayo)  El código deontológico de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) es un buen instrumento de autorregulación que, a la vista de las reivindicaciones de los profesionales, constituye un excelente “papel” mojado. El Día Mundial de la Libertad de Prensa muchos periodistas salieron a la calle a manifestar su malestar, a denunciar que sus aminoradas competencias les impiden el normal desarrollo de su trabajo. Decir públicamente que uno no quiere ser esclavo es un paso importante. No comprendí, sin embargo, que editores, jefes de informativos y otros «rostros conocidos» participaran en aquel evento: leyendo el manifiesto, ellos eran parte del enemigo ¿no?

El reciente episodio Bolivia, por ejemplo, es una prueba de la falta de compromiso con la verdad: deja ver la autocensura, la supuesta complacencia con el Poder y, sobre todo, la ausencia de veracidad y el exceso de anticipación. Bolivia no era Argentina, Evo no es Cristina, REE  tampoco Repsol. Pero, sobre todo, aquello no era una guerra, «un golpe a las empresas españolas».

Primera, Edición Digital. ABC, en http://www.abc.es/[01 de mayo de 2012]

Primera, Edición Digital. ABC, en http://www.abc.es/ [02 de mayo de 2012]

La supuesta respuesta «contundente« del  Gobierno, cuarenta y ocho horas después, no fue otra que: Margallo ve «legítima» la expropiación de REE en Bolivia y pide que Argentina siga ese «camino».

Permitirse destacar el atuendo  de un Presidente -chompas-, democráticamente elegido por un pueblo no deja de constituir una opinión de mal gusto que el medio de comunicación utiliza como arma ante la ausencia de información veraz.

Dejando a un lado calificativos como antiimperialista, el diario construye su propio relato y no duda en hablar de El camino expoliador del «frente socialista» latinoamericano…

El matemático vicepresidente del Estado Plurinacional de  Bolivia, Alvaro García Linera, publicó en enero de 2012, «Las empresas del Estado, Patrimonio colectivo del pueblo boliviano». Una simple lectura del texto permite extraer conclusiones muy alejadas de la «otra realidad «, la que persiguen  los «bombardeos», el lenguaje de la guerra, de la imposición.

El 3 de mayo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en su manifiesto: “La libertad de medios de comunicación, sin excluir la libertad en Internet, también desempeña un papel dinámico en la transformación económica de la sociedad, ya que constituye un acicate para las compañías extranjeras y las inversiones privadas. En efecto, las empresas prefieren establecer relaciones comerciales duraderas con aquellos países donde se respeta la libertad de medios de comunicación, por lo que resulta necesario garantizar la transparencia de la información pública, incluido el gasto público, para frenar la corrupción. La información pública es, con toda legitimidad, un bien público común, y el Gobierno su guardián. Por tanto, debe procurarse que esta sea de acceso fácil e inmediato, incluso a través de las redes sociales, la telefonía móvil o Internet”.

La «brutal» caída de la inversión publicitaria en los diarios españoles es un síntoma de una enfermedad que ha de ser cuidadosamente estudiada. Otro es la pérdida de crédito, asociada a la falta de rigor y  calidad. Mientras los ciudadanos demandan, cada día, más y más  información de alta calidad, hay medios que no se leen ni regalándolos. La tecnología disponible está descubriendo prácticas que, hasta ahora, se guardaban en los armarios de las empresas de comunicación bajo siete llaves. El periodismo se está reinventando: ERES Y TE BUSCAS (Puchi Incera)

Facultad de Ciencias de la Información (UCM). Ejemplares de EL PAIS, 20 horas, viernes 27 de abril de 2012

Ilustración: Guerrilla Comunicacional. México

Mooody´s y la «bola de cristal»