¿UNA MONARQUÍA EN PELIGRO DE EXTINCION?
«Es imposible estar cerca de los elefantes aunque sea poco tiempo sin percatarse de su sensibilidad como individuos y de su complejidad como grupo. Son criaturas inteligentes y sociables. Su comunicación tiene niveles y sutilezas, y poseen un entendimiento que podría parecer chocante en unos animales tan voluminosos. No son animales torpes y patosos; son tan mañosos y físicamente elegantes como refinados en su comportamiento. Por tales motivos creo que puede adoptarse una postura ética frente a la reducción selectiva. Decir no a la reducción selectiva es admitir los derechos de esta especie en un mundo en que deberíamos coexistir»Richard Leakey
Imagen: Rann safaris
Los elefantes no son torpes, tampoco patosos. Juan Carlos I va de golpe en golpe.
El episodio Botsuana es uno mas, nada extraordinario en la conducta de Juan Carlos I. La trascendencia hay que buscarla en el momento en el que ¨cae¨. La tecnología se ha convertido en la principal amenaza del histórico pacto de silencio sobre la Casa Real Española. Ese pacto, como todos, es cosa de dos: los medios de comunicación y la propia Monarquía. El hecho de que, según la Constitución Española (CE), el Rey sea inviolable y que no esté sujeto a responsabilidad, se ha traducido en un blindaje informativo que ha venido a debilitar la democracia de este país, poniendo en riesgo la formación de una opinión pública libre. El art.20 de la CE consagra como derechos fundamentales, entre otras libertades, la de expresión y la de información. Los límites que la práctica mayoría de los medios de comunicación han establecido sobre la Casa real, no se corresponden con las máximas garantías constitucionales que disfrutan estos derechos en el ordenamiento español. Juan carlos I y su familia, hasta hace muy poco tiempo, quedaron fuera del juego democrático con la colaboración necesaria de los medios de comunicación. Su relevancia social está fuera de toda duda, pero el miedo a la veracidad, también. Las voces críticas con la Monarquía se han silenciado o neutralizado gracias a la ingeniería periodística. La exigencia de transparencia en sus cuentas, por ejemplo, se ha pasado por alto y, en muy pocas ocasiones, ha trascendido a la opinión pública. Tal parece que la investigación sobre cualquier asunto real está prohibida. El caso Urdangarín es una muestra de la éticamente inaceptable esclavitud hacia todo aquello que tenga que ver con la Monarquía. Por primera vez, desde 1979, horas antes de ser imputado el yerno del Rey, la Casa Real hace público el desglose de su presupuesto de Gastos. Aunque parece obvio que ambos hechos están íntimamente relacionados, se ha «vendido» como un ejercicio de transparencia y se ha trabajado en la creación de la imagen de un Rey «víctima». Tal vez por eso, ha recibido multitudinarios aplausos que intentaban silenciar el ruido que sus actos estaba ya provocando. Varios libros fueron también ignorados. Desde el difícil parto de «Una monarquía protegida por la Censura» a «Un Rey golpe a golpe» a la biografía de del díscolo amigo aristócrata José Luis de Vilallonga, en su edición francesa. Algunos panegíricos, incluso, se han cuestionado, ¡es el colmo!
El origen antidemocrático de Juan Carlos I, un 23 F sobre el que siguen pesando lagunas incomprensibles, amigos “íntimos” entre rejas por turbios asuntos económicos, regalos imposibles, favores ocultos, han permanecido guardados en la caja fuerte del silencio informativo. Ahora, cuando la comunicación es irrefrenable, cuando la agenda real sustituye a la conveniente, ahora sí puede saltar por los aires la Institución. Los derechos básicos sobre los que se sustenta la comunicación pública y libre de la sociedad española han sido, sistemática e intencionadamente, vulnerados. La «borbonidad» fue cosa de dos.
El último regalo imposible conocido
¨Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir¨Mábel Galaz escribe: «Las declaraciones se grabaron solo una vez y se emitieron como si fuera en un directo». ¿Declaraciones? , ¿como si se tratara de un directo? Cabe preguntar: ¿Llevaba «pinganillo» el Rey?
Pascual Serrano, de «Le Monde Diplomatic»
Bild Zeitung 20-04-2012
En respuesta a F.S.Vicente: El Defensor del Paciente pide para todos las mismas oportunidades que el Rey
Isabel.
Los aplausos no tienen que ver con apoyo, mas bien con complicidad. Los políticos de este pais sabedores de las borbonadas, las consienten, prefieren este espectáculo dantesco al estilo de viejas cortes europeas del absolutismo mas que una democracia real. Por eso es tan importante que se instaure cuanto antes la III República en España, pero no solo para quitar la monarquía, para hacer una gran catarsis de ls clase política española verdaderos cortesanos serviles. Introduces en tu articulo flexiones tremendamente importantes como son el papel de la monarquía en varios capítulos de la historia reciente de España, por supuesto que es fundamental que los españoles sepamos, conozcamos y podemos decidir fruto de la información. No nos merecemos estas cosas, ¿ O si ?
¿Nada que decir de la Casa Real y la medicina privada? ¿Nada que decir de esa «cadera» y las caderas de los ciudadanos, generalmente de edad parecida a la del Rey o mayores? El nieto se va directo a una clínica privada, el abuelo, también. Los partos, no digamos. ¿Es esto dar ejemplo?
Los medios de comunicación podrían investigar sobre las listas de espera, los riesgos que se presentan cuando hay una lesión de estas características, las rehabilitaciones, etc…La vida de Juan Carlos no vale mas que la de mi madre, por ejemplo
Con «mi rey», estoy furiosa. Ya sé que es un tarambaina. ¡Mira que dejarse retratar tan campante delante de ese hermosísimo animal estampado contra el árbol y con su supuesta última amante al lado, Corinna, de la edad de sus hijas…!
Se ha comportado como un déspota que hace lo que le da la gana sin importarle un pito el sufrimiento de los demás.
Y tienes mucha razón con los «dineros» que ha ganado fraudulentamente. Parece mentira que no le sea suficiente con ser rey, encima quiere ser rico… y se ha metido hasta el cogote en todo tipo de prebendas y asuntos sucios, amparándose en sus amigos que se han ofrecido a taparle sus «borbonidades»
Pero esta estupidez de ahora es el colmo. Me recuerda lo de «los trapos de la Miró». No ha podido ser más inoportuno el pobre, con la que está cayendo en su casa. Pero reconocerás conmigo que a pesar de lo que le ha costado (se le veía en su cara contraída) ha dicho «lo siento». Al menos lo HA DICHO.
Y tras 37 años de luces y sombras (más de lo primero que de lo segundo), en un día fatídico para la monarquía, el 14 de abril, aniversario de la República, el cazador ha sido cazado por… un vulgar traspiés. Pero ¿quién no ha tenido un tropezón en su vida? La mayor parte de las veces, pasa desapercibido. Otras, sale a la luz y nos pone en un verdadero aprieto. Quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra.
Deberíamos ser más generosos con el Rey. Ha perdido perdón y eso le hace grande.
¿No será todo este guirigay mediático una maniobra para apartarnos de los verdaderos problemas que tiene esta España nuestra? Sólo nos faltaría que se convocara un referendum acerca de la idoneidad de la monarquía…