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Atacama, del Cielo a la Tierra…(y 2)


a la Tierra…
El suelo que pisas también te permite mirar hacia atrás en el tiempo. Ahí abajo están los escombros de la gran obra que, hace unos 4.600 millones de años, puso en marcha el proyecto Tierra. Hay momentos de la vida de Atacama encerrados a muchos metros de profundidad. Su pasado reciente –hace tan sólo 150 millones de años era un lecho marino- está cerca de la superficie. De otros episodios, muy violentos, quedan cicatrices.
Las entrañas de este desierto son, en términos económicos actuales, millonarias.
Los mineros atrapados en San José vivieron, durante 70 días, bajo una columna de 700 metros de rocas muy duras, formadas hace 130 millones de años.
Rodrigo Castagno, geólogo, conoce las intimidades del pasado de la Tierra en esta zona. Fue una llave necesaria para abrir un camino a la superficie, a la vida: “el plan B”. La operación de recate se convirtió en la última Odisea de la Humanidad, en el espectáculo de oro: mil millones de audiencia …
Rodrigo Castagno: La región de Atacama es parte de una extensa franja que va desde la Cordillera de la costa, en Chile, hasta el sur de Perú, conteniendo corridas de vetas que se extienden, a veces, por cientos de kilómetros formando depósitos denominados tipo IOCG, (Iron Oxide Copper Gold). Aportaron riquezas en plata, oro, cobre y menores contenidos de cobalto, níquel, arsénico, molibdeno y uranio (Sillitoe 2003), durante casi dos siglos, a muchas generaciones.
La veta falla NW, en la mina San José , no fue la excepción. Se explotó desde aquel entonces, de manera artesanal y aún le quedaban algunos años. Pero…”no valía la pena una inversión tan grande en seguridad” , según cuentan los lugareños, y se habrían ido comiendo los pilares de sostén hasta que no dio para más. Su futuro estaba marcado por el destino que nadie quiso. Algunos lo sabían. San José no se fue sola: al secuestro de los 33 mineros hay que sumar una historia marcada por muertes y mutilaciones.

Es decir, se pisaba la raya roja, se extraía el mineral de los pilares que sujetaban el edificio…Llegar a un escenario tomado por los medios de comunicación, tiene que impresionar…
La principal presión que teníamos era la de no equivocarnos. No había margen de error. Todas las decisiones relevantes se tomaban en equipo, todos estábamos de acuerdo. En una operación minera normal, es común equivocarse, se pierde dinero y tiempo, pero aquí se perdían vidas humanas, siempre fuimos conscientes de ello.
El domingo 5 de septiembre, llegué a mina San José a darle partida al “plan B”, con la convicción de que lograríamos el objetivo final. Nuestro gerente de exploraciones de la Compañía Minera Doña Inés de Collahuasi, Jorge Camacho, planificó el apoyo técnico con selección de personal cualificado y experto para desarrollar ese plan con la máquina T130, que estaba en el norte de Chile. Junto a Cristian Sprohnle , también geólogo, nos hicimos cargo del apoyo técnico, en un sistema de turnos con presencia permanente en la plataforma hasta el final de la operación. También se seleccionó a los mejores perforistas que, por cierto, estaban trabajando en Afganistán.


¿Y el plan de ataque? …¿Era una cita a ciegas o se disponía de información geológica fiable?
La información a escala de yacimiento era suficiente, pero desactualizada a nivel de detalle. Sabíamos que estábamos parados en una veta falla NW del tipo Cu-Fe-Au emplazada en rocas de basamento cretácico ( batolito de la costa) inserto, también, en el sistema de fallas regionales NS (de “Atacama”). Nuestro sondeo debía atravesar estas rocas de composición, granodiorita, tonalita, diorita, aplita poco alteradas y con vetillas de calcita, principalmente con fracturas subverticales NW y NE. Estas rocas y tipo de fracturamiento se podían ver en superficie.
Nuestro propósito era ensanchar un pozo previo de 5 pulgadas, a un diámetro de 12. Bajamos una cámara de vídeo que nos permitió observar las condiciones de humedad, paredes, fracturamiento, posibles cuñas geomecánicas y, a partir de esto, definir las zonas con mayor, moderada y mínima posibilidad de desprendimientos. En el primer ensanche a 12 pulgadas, recuperamos muestras roca a roca, cada 2 metros, a través de un sistema de presión de aire que hace subir los detritos (1 cm) perforados por el martillo. Todo este plan de reconocimiento nos aportó un mapa geológico en detalle de lo que íbamos perforando, tipos de roca, alteración y estructuras. Estas tres estructuras nos daban la dureza, parámetro fundamental para los perforistas.

Después, el ensanche final a 28 pulgadas, durante los 624 metros fue de exhaustivo detalle. Sabíamos cuántos metros por hora avanzaríamos en cada tipo de roca y fracturamiento, según la dureza. Creo que esto marcó la diferencia con los demás planes.
Terminado el pozo a diámetro final, sugerimos encamisar 35 metros. Se plantearon dudas por cuanto lo óptimo era todo el pozo. Nosotros estábamos seguros de que la roca no sufriría ningún problema. El pozo tenía dos o tres curvaturas pronunciadas y una reducción de diámetros a 26 pulgadas. Constituía un riesgo que los tubos quedasen atrapados y perder el pozo, la única opción de llegar antes a los mineros. Fueron 33 días de perforación.

Muy lejos de los focos y el circo mediático, Castagno y sus colegas- geólogos e ingenieros- fueron capaces de abrirle una vía a la vida. La ciencia es silenciosa, la tecnología, casi siempre, invisible. En el doble mundo que construyen los medios de comunicación, sólo cabe el espectáculo. A cualquier precio y en directo. En el tráfico de vidas tienen un filón.

Os pido una oración, la  33. Digamos juntos:

Señor, tú que sabes/ De milagros y esperanzas/ No los abandones.// En esta hora del secuestro/ Rescátalos de sus rescatadores/ No los abandones.// Baja tú antes que los medios/ Infórmales antes que sea tarde/ No los abandones.// Sácalos de los sets de televisión/ Apártalos de las luces que enceguecen/ No los abandones.// Tú sabes que entre cámaras y flashes/ Ya destruyeron la Tragedia./ Pero a ellos, no los abandones.

Los mineros devueltos a la superficie, han tomado precauciones. Acaban de anunciar un modelo de escudo protector.

Con Hernán Rivera Letelier, también minero: “Ya lo he dicho: el desierto está poblado de cruces, testimonios mudos de muerte y desolación. Hagamos por lo tanto de este lugar un homenaje a la vida. No construyamos otro monolito, que son superfluos; no levantemos un monumento, que hay demasiados; no erijamos un santuario, que ya hay los suficientes.
Echemos a volar la imaginación y creemos algo nuevo, algo que manifieste a toda la raza humana”.


Periodista Trabajos Divulgación Científica: "2.mil" (TVE), "Tiempo del Sistema Solar" (TVE), "Nos vemos en Marte" , "Magistrales"

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