Nikos Megrelis cogió las armas de periodista y disparó sobre Irak. Ahora, mas que nunca, los hechos le dan la razón a Ryszard Kapucinski : Los cínicos no sirven para este oficio. En palabras de Megrelis no todos los periodistas son iguales.
Shooting vs shooting -tres años de intenso trabajo, diez países en escena- desmenuza la razón última de los trescientos cincuenta periodistas y profesionales de los medios que han perdido la vida en el oscuro conflicto de Irak: muriendo por la verdad.
Nikos Megrelis empleó sus propios recursos económicos en la producción de este impecable audiovisual. En 75 minutos el equipo de Megrelis consigue sumergirte en un debate profundo, en las aguas prohibidas de los llamados medios de referencia. Una magnífica realización elevada al grado de excelencia por la banda sonora original convierten a Shooting vs shooting en una lección magistral de Cine y Ética.
La primacía de la verdad sobre el espectáculo mediático de la guerra dice mucho sobre el autor. Varias cadenas de televisión de todo el mundo han emitido ya el documental. Destaca la repercusión que ha tenido en Al Jazeera, cadena que colaboró con Megrelis aportando imágenes fundamentales para construir un relato perfecto. RAI y Reuters también prestaron sus archivos.
Nicola Piovani- Óscar en 1998 por la partitura de La vida es bella– donó a Megrelis la música para Cámaras vs armas, la bayoneta complementaria del fusil que lanza incómodas verdades. Hoy «The Guardian» recoge una grave acusación, la de Alistair Campell. El que fuera asesor de comunicación de Tony Blair asegura que Murdoch presionó a Blair para que acelerase la implicación del Reino Unido en la guerra de Irak (11 de marzo de 2003).
Con Nikos hablamos, además, de la crisis griega, de la independencia amenazada y/o perdida de los medios de comunicación.
Su presencia en Madrid apenas despertó el interés de las empresas periodísticas. Megrelis hubiera sido una estrella comparado con cualquier “tertuliano”. No fue así. Nuestra velada en Madrid, con el Palacio Real de fondo, le hubiera interesado a millones de telespectadores.
Echamos de menos un tribunal de estándares éticos, un juez Leveson. Agradecimiento a Luis Menéndez que lucha contra viento y marea por compartir experiencias, conocimiento.