Sábado, el pasado, en Madrid. La ciudad vuelve a ser escenario de una manifestación. Está acostumbrada; los ciudadanos también. Este sábado disfrutábamos de la mejor de las perturbaciones atmosféricas posibles en el segundo mes del año: el anticiclón.
Miles de personas exhibían telas de colores- rojo y amarillo- con el escudo nacional: la bandera española. Observando ciertas conductas no pensabas en la enseña: “la rojigualda” (?) emitía, sobre todo, señales. Esta vez eran de advertencia: No a la izquierda abertzale.
Bajo el paraguas de la bandera, en teoría de todos, algunos personajes públicos, confesaban su verdadero objetivo; no era otro que impedir, por todos los medios, que un nuevo partido político se subiera al tren de la Democracia. Los medios de comunicación recogieron frases como: “No caiga- el Gobierno- en la tentación de permitir que Batasuna o sus fuerzas políticas afines se presenten a las próximas elecciones vascas”. “La rebelión cívica será la respuesta a los pasos del Gobierno que puedan dar algo de oxígeno a ETA” . Algunos titulares: “PP y PSOE coinciden en no consentir que ETA esté presente en el 22M”, “El partido será ETA”…
En la calle comprendías el sincero dolor de las víctimas, la crueldad de la muerte equivocada, los años de estéril violencia …Lo que no te puedes imaginar es el uso interesado de toda esa barbaridad y, menos aún, la lucha por perpetuarla.
Me crucé con un grupo de manifestantes, minutos después de finalizar la concentración. Llevaban tres banderas, eran unos ocho. Les pregunté por las razones de su desconfianza hacia un partido que apuesta por la vías políticas y democráticas, que rechaza la violencia, que la justicia se encargaría de investigar …
-¡Ni perros, ni terroristas!
Confieso que no estaba preparada para semejante respuesta,
no matizada ni corregida por el resto.
Es posible que por deformación profesional, y pese al nudo en la garganta, me interesé por las razones de su desconfianza
– Los […] de Batasuna, al paredón
Aquel encuentro inesperado con una realidad inimaginable eclipsó un fin de semana radiante.
Hoy espero al próximo anticiclón. Deseo que podamos recibirlo con la bandera blanca. En el Palacio de Euskalduna, de Bilbao, esta mañana, parece que salió el Sol.
Necesitamos no confundir opinión con información. En los próximos días, algunos medios de comunicación, se encargarán de pintar con nubarrones el cielo de la paz. Confiemos en que los partidos políticos no se aprovechen de las falsas tormentas para salir a cazar votos como si se hubiese anticipado el final de la veda. Por cierto, suponemos que expedientes como el abierto por el PSOE a José Luis Úriz, reposan ya en el cesto de los papeles. Hoy, el propio PSOE, está con Úriz.
La noticia en TVE
‘New’ Eta political wing rejects violence
LEGALIZAR LA PAZ! José Luis Úriz
Rubalcaba anuncia el envío de los estatutos de Batasuna a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado
Batasuna forme un nouveau parti rejetant la violence de l’ETA
Patxi López: «Estamos consiguiendo que asuman nuestras reglas»
Profesores, abogados y sindicalistas son los promotores de Sortu
Las cinco pruebas del Gobierno para ilegalizar Sortu
TRIBUNA: JESÚS EGUIGUREN Pulso firme y mano tendida
¿Qué es continuidad?
Como siempre tus invitaciones son difíciles, densas, llenas de principios básicos. Por un lado nos describes las banderas, la nacional (que no la roja), la que separa, la que nos distancia, la que es de unos pocos, la de viejos cantos casi olvidados que se elevan al sol, por otro la bandera blanca, la que está por pintar, la que está por definir, la virgen, la sin tendencias, la pura, la verdadera, la que no separa.
Todo proceso en el que hay muertos por el medio es difícil de discernir, complicado de analizar, por eso me gusta separarme, alejarme para poder discernir.
A mis abuelos los condenaron a muerte y casi los fusilaron varias veces, porque defendían la bandera legitima, tenía distintos colores que la del sábado. Ellos tuvieron suerte porque miles de sus camaradas, de sus compañeros, de sus familiares están en fosas comunes, en paredes de cementerios en las que aún queda el rastro de su sangre ¿por qué? Por pensar diferente, por ser de una ideología, por defender el gobierno legitimo, la democracia. En una época de España no tan lejana, se asesinaba y se hacía más allá de las calles de Euskadi, se hacía en las calles de casi todos los pueblos de España. A la muerte de su líder, el que pudo haber sido juzgado por genocida, las gentes de izquierdas tuvieron la inmensa generosidad de abrir un proceso de búsqueda de encuentro, de no pedir la revancha, de un generoso perdón, no hubo juicios, simplemente se pidió el gran esfuerzo de buscar la luz de la democracia. ¿Qué hubiese pasado si no hubiese habido tanta generosidad? ¿Habría sido detenido gran parte de los políticos de la derecha de este país? ¿se hubiese ilegalizado la falange, o la extrema derecha? Lejos de eso se hizo una gran apuesta por la democracia.
El País Vasco tiene pendiente su “transición” porque tiene sus propios muertos, los de los valientes ciudadanos del Partido Socialista y del Partido Popular que amenazados defendían la libertad, los muertos de los jóvenes policías o militares que volaron por los aires sin más culpa que pertenecer a los cuerpos de seguridad del estado. Lo irracional se hizo norma, y miles de personas han dejado mucho en el camino de la lucha por la libertad, por la verdadera democracia en Euskadi, yo no me siento con fuerzas para dar lecciones a los compañeros del País Vasco, sean del PP o del PSOE, pero creo que si se dan todas las condiciones exigidas, condena de la violencia, condena directa del terrorismo y de ETA, acatamiento de ley de partidos, si se cumple, al igual que a la muerte del caudillo se inicio una transición democrática, es hora de poder buscar como cerrar las cicatrices de un pueblo que sangra desde hace demasiados años.
Rendición incondicional de ETA, pero una vez se produzca debemos facilitar la reconciliación. Esta vez hagámoslo sin olvidar a las víctimas, y debemos de acompañarles en su proceso de duelo, de no olvidar jamás que la libertad y la democracia fue conquistada con letras de sangre, y recuérdese para que jamás vuelva a pasar.
No sé si es de verdad la tregua, no sé si es de verdad la formación del partido de la izquierda aberchale, pero si se que no se puede desperdiciar ni una sola oportunidad para encontrar el camino de la paz. Porque la palabra paz siempre se usa después de la palabra muerte, y ya son muchos más de lo que es soportable por cualquier democracia. Yo Isabel me quedo con la otra bandera, la de la paz.