Las Auroras Boreales irrumpen y alteran la quietud celeste. El intérprete solar
Vasco, constitución fuerte, resistencia elevada. Ante la dificultad, el «grandón» puede encarnar a Thorr, el dios nórdico más duro entre los de su estirpe, jamás vencido por un ser humano. La mitología, encima, le otorgó a Thor poderes sobre el clima, el cielo, los relámpagos y los truenos. Es probable que un descuido de los fabuladores nos impida saber si semejante personaje interpretaba los mensajes más excitantes que el Sol envía a la Tierra: las Auroras Boreales. Nuestro intérprete, desde luego, lo hace. La última vez fue en la expedición SHELIOS/GLORIA 2014. Acabamos de regresar.
La expedición SHELIOS/GLORIA 2014, responde a un minucioso diseño pensado para optimizar recursos y obtener resultados fantásticos ¡Ojo!, «fantásticos» en la medida que ayudan a comprender la realidad de un modo más profundo y complejo. Miquel Serra Ricart, lleva años explorando la manera de estructurar esa realidad para que lo extraño, mágico, maravilloso o increíble de la investigación atrape, por sus propiedades, nuevas vocaciones científicas. La mochila de sus expediciones va cargada de proyectos que, alguna vez, fueron ligeros: pertenecían a la categoría de lo imaginado. Ahora, Serra, nos «obliga» a transportar toneladas de quimeras que se escaparon de lo imposible. El intérprete solar es un personaje central en esa fábrica que traduce eventos de la realidad astronómica circundante.
Juan Carlos Casado volvió al glaciar una semana después. Entonces, el Bárdarbunga ya presentaba una situación crítica que sigue amenazando con derretir parte de la colosal capa de hielo del Vatnajokull, el glaciar más grande de Europa.
Auroras Boreales sobre el Eyjafallojökull, el volcán de la «crisis aérea» europea de 2010.
La noche del 29 de agosto era la única, después de once días de casi 24 horas , que apaerecía en blanco en el programa de la Expedición: estaba reservada para lo personal, la conversación, el balance, las anécdotas… Esa noche comprendí el lenguaje del Sol. Viajé con el intérprete hasta un mundo frío que nos dejó al pié de un ardiente volcán: el Hekla. Trataré de describir la escapada con el intérprete pero, amigos lectores, os advierto que lo vivido puede pertenecer, exclusivamente, a lo ensoñado ¿ Y las imágenes?…
Icelandic Met Office, preveía una «posible» ventana de unos cincuenta minutos de duración en la zona del Hekla, entre las doce y la una de la madrugada. Salimos de la granja Hestheimar, sabiendo que la probabilidad de que se abriera un claro en el cielo era remota. Abandonamos la autovía del Sur, la que ciñe la Isla, para seguir por la carretera 26. Después de unos cincuenta kilómetros de oscuridad, amenaza de lluvia y soledad – sólo un vehículo nos cruzamos en todo el trayecto- nos detuvimos en aquello que tanto se parecía a la nada. El intérprete bajo del coche, plantó la cámara cerca de una valla presuntamente electrificada y comenzó a disparar. «Necesito ver el horizonte, no sé si está despejado. Tampoco veo el volcán». En cuestión de segundos, recibíamos la repetición de nuestros propios gritos en forma de eco: ¡Auroras!, ¡Auroras!…Sí, por increible que pueda parecer, la noche más negra se había iluminado «¡Mira, están llenando todo el cielo! ¡Fíjate en el arco, va de horizonte a horizonte! ¡ Uy! » Con la primera cámara asegurada y el centro apuntando al cénit – Maestro intérprete utiliza un ojo de pez circular para cubrir todo el hemisferio del cielo visible – «Así no se nos escapa nada», clava la segunda en el suelo para hacer fotografía en continuo de la que luego obtendrá un time-lapse. Nos alejamos rápidamente, apagamos nuestros frontales y nos colamos por un portillo para entrar en el terreno del volcán. Desde la nueva posición, el Hekla se enciende cada vez más…«Fíjate en la Estrella Polar, altísima. Estamos a 64º de latitud Norte, cubre un ángulo de 64º respecto al horizonte. A nuestra izquierda, si miramos al Norte, sobre esa nube, están apareciendo rayos de auroras enormes que llegan desde el horizonte al cénit. Si miramos hacia el lado contrario, hacia el Este, también vemos auroras en forma de arcos que pasan sobre nuestras cabezas. Ahora, más que nunca, tenemos la sensación de bóveda, de techo celeste…Desde aquí vamos a hacer panorámicas más convencionales, de campo muy amplio, vistas globales.»
Ojeamos las últimas imágenes y tratamos de llegar a la zona más volcánica, de difícil acceso: » Desde allí obtendremos una geoastrofotografía aún más interesante. La lava por la que caminas aporta información a la imagen. Hay que intentarlo. Si la actividad sigue subiendo, asistiremos a una lluvia de auroras, un efecto de perspectiva que te hace creer que llueven auroras encima de ti».
En el cielo, los mensajes del Sol – las partículas y la energía que liberó al medio interplanetario- toman aspecto de pulsaciones, olas, medusas, banderas y otras formas que representan objetos para los que no tenemos nombre. En la Tierra, Juan Carlos Casado, el intérprete solar, traduce la conversación que manteníamos a solas con la Estrella. Un río, invisible para nosotros, le presta el sonido a la función que se estaba formando encima de nuestras cabezas. Tenía forma de «V» y – traducción libre- creo que era para celebrar nuestra victoria dedicada a todos los compañeros de expedición ¡Ah! Un intérprete también sirve para dar a conocer los afectos y movimientos del alma (RAE). Juan Carlos Casado es astrofotógrafo, un de los grandes de este Mundo. Tiene en su haber casi cincuenta APOD
Una expedición de hacernos a todos la boca agua.
Felicidades a Miquel y a nuestro querido «interprete solar»,
Juan Carlos, como siempre, una autoridad en las Auroras Boreales.