Imagen: Ricardo Bascoy/CEPESMA
En 1951 apareció en la ría de Avilés (Asturias), una foca. La adaptación del animal a su nuevo hábitat resultó un éxito: se quedó ciento veintisiete días. Una mañana, los lugareños descubrieron que se había ido para siempre. La pérdida la compensaron, en mi pueblo, con un monumento a la foca «amiga». En 2014, enero, un cachorro de foca gris fue apedreado desde el espigón de San Juan de Nieva, a la entrada del puerto de Avilés ¡Terrorífico! Las focas, dicen algunos políticos creativos, son el icono de la villa de Pedro Menéndez. href=»http://www.lne.es/aviles/2009/08/27/ferrera-ahora-enfocado/800432.html»>Enfocado, responde a esa idea. En la playa de Vega, Ribadesella, el disparate consistió en echarle un perro a un ejemplar juvenil de foca gris. Las aletas traseras presentaban heridas por mordiscos. No volvieron a verla.
CEPESMA (Coordinadora para el Estudio y Protección de las Especies Marinas), es, en Asturias, es el portavoz de los habitantes del mar. Actúa como hada buena, fantástica. A la vista de la falta de apoyo económico y técnico de la Administración, a Luis Laria, hay que atribuirle poderes mágicos. No son necesarios dones extraordinarios para saber que, en Asturias, el Mar es el futuro. Os dejo con este artículo de Laria sobre los últimos hallazgos de focas en el Principado.
LAS FOCAS LLENAN LA COSTA
NORTE PENINSULAR…
Por Luis Laria
Luis Laria , en las instalaciones del Parque de la Vida. Imagen: CEPESMA
Comenzaron a llegar a nuestras aguas, a finales del mes de diciembre. En el Atlántico y Cantábrico, nunca antes, se habían localizado en número tan elevado. Hasta finales de los 90, encontrar uno de estos ejemplares en la costa cantábrica era algo anecdótico. A partir de 1999, sin embargo, los hallazgos crecen cada año. Son focas grises Halichoerus gryphus, perdidas, arrastradas por las corrientes desde las Islas Británicas o el Canal de la Mancha. Su refugio, ahora, está muy al Sur de sus zonas de cría y asentamiento poblacional. Un total de 69 citas, acreditan, la presencia de las focas sólo en Asturias (a fecha 20 de enero, 11 ejemplares corresponden a éste invierno)
Puerto de Luarca, en Asturias. Imagen: CEPESMA
Por especies:
39 foca gris (Halichoerus grypus)
11 foca común (Phoca vitulina)
7 foca de casco (Cystophora cristata)
1 foca groenlendica (Pagophilus groenlandicus),
Ejemplares recuperados:
11 juveniles foca gris (Halichoerus grypus)
3 casco (Cystophora cristata)
1 groenlandica (Pagophilus groenlandicus)
Como anécdota, un hecho sin precedentes en la Península Ibérica: CEPESMA asistió al nacimiento de una foca común (Phoca vitulina). Poco después localizó, en la misma playa, a sus progenitores. El “bebé”, les fue entregado. Los avistamientos de esta especie son, con la excepción mencionada, ejemplares adultos y aparecen entre junio y agosto – en los mismos meses, fueron localizadas las focas de casco ( Cystophora cristata y la groenlandica (Pagophilus groenlandicus)-
También la de casco (Cystophora cristata) y la groenlandica (Pagophilus groenlandicus), nos visitan en los meses de junio-agosto.
Varios factores intervienen en la presencia de estas especies en nuestras aguas. Si nos referimos a la foca gris (Halichoerus grypus), la traslación o dispersión poblacional tiene una notable incidencia. Su carácter competencial, explica la búsqueda de nuevas áreas de distribución y alojamiento; además, al tratarse de especies gregarias, es posible que las colonias se vean afectadas por poblaciones que superen el número de individuos en función de la masa alimentaria disponible. Esa búsqueda de alimento, justificaría la localización de focas grises en zonas muy lejanas de sus asentamientos costeros ( se trata de ejemplares que no superan, generalmente, los cuatro meses de edad). En la etapa posterior al destete- el momento en el que las madres dan por cubiertas las necesidades de crianza- se produce la dispersión que dará origen a los largos recorridos. Los temporales que barrieron las Islas Británicas, en diciembre de 2013 – ciclogénesis explosivas- empujaron a los ejemplares jóvenes que se dejaron arrastrar por las corrientes oceánicas hasta recalar allá donde los movimientos marinos las dispersaron.
En la mayoría de los casos -tendencia similar a la registrada en años anteriores – los especímenes no superan los 25-30 kilogramos o menos: algunos ejemplares recogidos están sobre los 10,5 Kg. La edad y el peso, suponen un problema añadido para su recuperación, dadas las patologías que presentan. Entre las más frecuentes: cuadros respiratorios agudos, neumonías, desnutrición, hipotermias, lesiones por golpes de mar o enmalles en artes de pesca y agotamiento o problemas neurológicos por preaxfisia.
En Asturias, tenemos documentados dos casos de captura accidental otros tantos ejemplares juveniles, 16 y 30 kilogramos. Atrapados en artes de niño, encontraron la muerte al quedar enganchados por el crotál de identificación- crotáles excesivamente grandes, idénticos a los que se grapan al ganado vacuno en la oreja- grapado en una de las aletas. Las focas procedían del NW de Irlanda.
CEPESMA, para conseguir un seguimiento inmediato instala en la cabeza un crotal, nada traumático, fijado con un pegamento especial al pelaje; en caso de enganche se libera fácilmente. Creemos que una de las formas más adecuadas de identificación en mar abierto , es precisamente la cabeza por ser la parte más visible en el agua, mientras que, las aletas caudales, solo las podemos observar cuando están en tierra firme, hecho que ocurre en escasas ocasiones.
La foca gris (Halichoerus grypus), se localiza en los meses de invierno. Tiene una especial querencia por los arenales o puertos. Los entornos portuarios les ofrecen mejores condiciones para la adaptación llegando, en la mayoría de los casos, a la autosuficiencia . Ocurre lo contrario en las playas: un porcentaje elevado tiene que ser recogido y tratado para la recuperación.
A pesar de la creencia popular, curiosamente muchas de ellas sufren cuadros hipotérmicos que pueden llegar a ser agudos, por la escasez de grasas que facultan la natural protección contra el frio.
Cualquiera de ellas puede presentar una merma de peso superior al 30 % ,debido a la inanición que durante semanas pueden padecer. Una pista que nos hacen pensar en ello es encontrar cadáveres en cuyo estómago mantienen exclusivamente algas o piedras, presentando restos alimentarios en raras ocasiones.
La recogida en estos casos es necesaria y urgente. Después de una observación inicial, es imprescindible garantizar una térmica ambiental y gástrica reconstituyente; la primera se consigue instalando al animal en una zona de cuarentena, con temperatura media de 20º y , de forma paralela, administrarle mediante sonda esofágica un suero o bebida isotónica templada ( hay varias marcas comerciales).
Posteriormente será necesario un análisis sanguíneo , un control de mucosa para determinar el estado pulmonar, un estudio de heces para determinar las posibles infecciones parasitarias. Si se observan parásitos, es imprescindible proceder a la desparasitación oral; si presenta mucosidades abundantes o estornudos, se impone la administración de un antibiótico inyectable.
Pasadas las tres primeras horas, es conveniente alimentar al animal con una papilla reconstituyente, mediante sonda , que contenga pescado azul , lecitina de soja, hígado de ternera, crustáceos triturados, yogur , suero o acuarius, sal y vitamina B . Será administrada cada 5 horas y durante los días siguientes hasta que mediante sólidos -directamente pescado previamente congelado-introduzcamos de forma forzada entero por la boca.
Estos primeros días es aconsejable que permanezcan en zona húmeda, pero sin agua, manteniendo una limpieza absoluta de la estancia; posteriormente la depositaremos en una piscina que nos ofrezca facilidad para su captura y nos ayude a la hora de alimentarlos o tratarlos. No es necesario que sea agua salada, el agua dulce es adecuada en los primeros días y favorece que podamos suministrarle peces vivos ,como unas truchas . En la etapa cercana a su liberalización salinizamos el agua para evitar que encuentre diferencias a nivel dérmico.
Es fundamental que no troquelemos su comportamiento interactuando con el ejemplar. CEPESMA limita las visitas a las estrictamente necesarias, evitando la cercanía, caricias o carantoñas porque ello representará un problema posterior de adaptación, al intentar, sin duda, el contacto humano. De la alimentación se encarga una sola persona, vestida siempre con una bata blanca, sin ofertarle juegos u otras actuaciones que mediaticen su comportamiento animal. El detalle de la indumentaria es esencial: una persona con bata blanca no es fácil que la encuentre cuando esté en libertad, evitando así que lo asocie a fácil alimento.
En nuestras instalaciones, la alimentación se suministra a través de un tubo de pvc que comunica desde el exterior con la base de la piscina; por él se introducen los peces previamente descongelados -este paso, el de la congelación es muy importante para evitar que puedan reproducirse focos parasitarios ( anisakis y otros) en el ejemplar-
La troquelación es uno de los problemas más serios a los que nos enfrentamos en la recuperación de una especie salvaje que acabará siendo puesta en libertad. La acción de etiquetado dependerá su evolución natural y será reiterativa en el contacto humano.
Detalle del sistema de identificación y control utilizado en el Parque de la Vida. Imagen: CEPESMA
Consideramos muy adecuado que la reintroducción sea realizada por los profesionales del mar, trasladándose a bordo a las zonas mas próximas de origen ya que ello redunda en una involucración sensitiva de los propios pescadores y el consiguiente respeto que ello produce.
Embarque de uno de los ejemplares recuperados. Rumbo: Gran Sol. Imagen: CEPESMA
Por otro lado, estamos investigando posibles indicadores de etapas pretéritas. Probablemente las focas fueran habituales, antaño, en nuestros mares. Es difícil , sin embargo, poder obtener evidencias porque sabemos que el mar tenía un retraimiento considerable, a diferencia de la franja intermareal actual. Los procesos geológicos representan un problema a la hora de encontrar signos de su endemismo, en el supuesto de que lo hubiera.
No obstante, los muchos topónimos y referencias -pinturas rupestres- son pistas que hay que tener en cuenta.
Como reflexión, nos queda una duda: saber si las “visitas” que ahora recibimos pueden generar en el futuro un posible asentamiento poblacional de la especie, foca gris (Halichoerus grypus ), sobre todo, en las aguas españolas. El tiempo lo dirá…Si así fuera, las focas ganarían el Norte.
Imagen: CEPESMA
CEPESMA ( Coordinadora para el Estudio de las Especies Marinas), comenzó en 1999 su apuesta por la recuperación de especies marinas. Creó el Parque de la Vida, una infraestructura capaz de ofrecer cobijo y tratamiento a los ejemplares encontrados en la costa. Al principio, CEPESMA, devolvía al Cantábrico los individuos recuperados; desde hace seis años, los libera en Gran Sol. AMBAR, en Euskadi y CEMMA, en Galicia comparten objetivos con la Coordinadora asturiana. Al igual que CEPESMA, no cuentan con el respaldo administrativo necesario que facilite el esfuerzo económico y humano que supone la tarea de recuperación y seguimiento de especies marinas.
ME INTERESO MUCHO LO QUE SE PUEDE APRENDER DE ESTOS ANIMALINOS,,es muy beuno poder encontralas,,y cuidarlas. son unos animales q nunca tuve cerca.
cuidalos.
me ah encantado saber de esta historia cuando fui a asturias me contaron esta historia y decidi investigar sobre ello con mas detalles y esto me ha gustado