Es posible que Ramón Jáuregui, en un rato de aburrimiento, se haya sentado a ver la tele. No es improbable, dada su responsabilidad, que determinados programas, los revise a la carta. Yo confío en que alguna “Noria” de la vida provocara su crispación. Espero que episodios, tipo Rodríguez Menéndez, le quiten el sueño …
Esta mañana de lunes, con niebla en Madrid, el Ministro de la Presidencia veía con claridad la «banalización» del espacio público. Cuando Jáuregui anunciaba su propósito de no esperar mas, de poner en marcha el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales, con capacidad sancionadora, los puños americanos con los que te pueden romper la cara estaban encima de la mesa… Sus palabras sobre «la agresividad, la descalificación y el enfrentamiento como parte del espectáculo, como condición de la audiencia», asociadas a exhibición y encumbramiento de «determinados personajes de escaso mérito como modelos sociales» llevábamos tiempo esperándolas. El plazo previsto es largo: antes del verano.
La puesta en marcha de un regulador independiente de los medios de comunicación audiovisual es un imperativo legal. Las voces que alertan sobre la censura que viene, han tardado muy poco en volverse a oír. Las teníamos bien identificadas. Los argumentos son los mismos de siempre. En los países europeos en los que existen autoridades en la materia, se observa una tensión permanente que provocan quienes intentan restar competencias o hacer desaparecer cualquier control sobre los contenidos . Tal vez la mejor ley, en esta cuestión, es la que no existe. Para ello, para la autorregulación, queda mucho por andar en España. Los códigos éticos existentes parece que fueron redactados para saltárselos a la torera. Es más, en alguna cadena privada, las posibles sanciones impuestas por tribunales ordinarios, podrían formar parte del presupuesto de producción de un determinado programa.
Si hablamos de alfabetización mediática, si pensamos en el audiovisual como herramienta, no sólo de diversión e información, también de educación, hay contenidos inaceptables en las parrillas de las televisiones españolas. Un ejemplo: el accidente de Barajas de 2008. En el hotel Auditorium, de Madrid, lugar en el que concentraron a los familiares de las víctimas, se produjeron, atentados flagrantes contra el derecho a la intimidad, al duelo, a la razón. Todos nuestros intentos, alguno desesperado, por poner freno a semejante atropello, no sirvieron de nada: las parrillas se llenaron de mensajes e imágenes brutales. Se vendía dolor a bajo coste, se atropellaban derechos bajo el paraguas del vacío legal. Los informes posteriores de organismos sin capacidad sancionadora, como los del Consell de l´Audiovisual de Catalunya o el «INFORME SOBRE O TRATAMENTO INFORMATIVO DO ACCIDENTE DE BARAJAS», fueron tan precisos como rotundos pero forman parte ya de lo anecdótico. El daño se hizo. Nadie pudo repararlo…
ELENA REAL RODRÍGUEZ mantiene que “ la libertad informativa y opinativa sin sentido de la responsabilidad es tan cuestionable en la práctica como imposible la responsabilidad sin libertad suficiente. Libertad y responsabilidad son términos que se implican mutuamente, son las dos caras de una misma moneda”. No tengamos miedo. La tendencia de algunas empresas audiovisuales, el ahora llamado “ocio ligero” recuerda a aquella definición de Lippmann sobre los espectáculos diseñados para las “hordas asalvajadas”.
Seguramente Silvio Berlusconi y su hijo Pier Silvio- conglomerado Mediaset- tampoco quieren ser observados por el Consejo que Jáuregui quiere y anuncia.
Nota: Acabo de conocer el borrador del trabajo de la investigación que prepara UGT/RTVE, sobre nueva formulación de las orientaciones estratégicas de la televisión pública. El orden que establece: educar, informar y divertir, creo que va en una línea de compromiso con el telespectador. La dinamización de la estructura interna de CRTVE, la eficacia en la organización y la apertura de nuevas líneas de producción favorecerán la alfabetización mediática. Otra cosa es que consigan cambiar la inercia de RTVE, condenada al desastre. Por último, UGT considera necesaria la flexibilización institucional para devolver a la vida a la CRTVE. ¡Atención, Jáuregui
Estoy de acuerdo que la TV debe dejar de ser mierda escenificada.La preocupacion de determinados señores llamados Silvios me hace reir, ellos son los primeros en exponer la basura de sus vidas, y su ejemplo sirve para encumbrar a unos personajillos deleznables, empezando por ellos mismos. Espero que un dia haya otro tipo de TV, que no se escude en una falsa e hipocrita «libertad de expresion» tremendamente dañina para las personas con un minimo de sensibilidad.
filosofia..
la reflexion esta hecha, su inutilidad tbn
al final estamos hablando de RENTABILIDAD y nadie va a parar la voracidad de un dinero facil..
yo creo q ya hay leyes q podrian multar de manera ejemplar enseñar fotos de un menor aunq sea tu hija o interrumpir un programa pq se estan dando estereotipos q ridiculizan la violencia de genero
nos damos tantas leyes q solo sirven para incumplirlas…
q hace la fiscalia de violencia de genero ante ciertos programas?? no me vale q no ven telebasura, pq es esta la q esta forjando una sociedad q a mi en particular…ME ATERRA